Pues vaya que al tesorero torreonense Pablo Chávez Rosique le gusta estar en la línea de fuego, y es que ahora en su cabecita se le ha metido la idea de cobrar a quienes promueven el deporte en las calles y espacios públicos de la ciudad, algo que cayó como patada de mula al sector deportivo local.
Aunque asegura el polémico funcionario que dicho gravamen sería para aquellos que organizan certámenes deportivos en las calles y espacios deportivos de orden público, la realidad es que todo ello incidiría en el costo de hacer deporte, que debe pagar el habitante torreonense que gusta de este tipo de actividades, tales como las carreras atléticas, maratones de baile, triatlones, carreras ciclistas, y es de suponerse que los populares torneos de futbolito que se desarrollan en las canchas de usos múltiples que se tienen en los diferentes sectores de la ciudad.
A su ver, este tipo de actividades ocupan servicio de vigilancia vial que tiene un costo, al igual que las patrullas que se utilizan, sin dejar de lado la cantidad de basura que se genera, lo que también representa un costo para el Municipio, que debe emplear equipo material y humano para limpiar las áreas que se ven afectadas por los desechos.
Sin embargo, parece olvidar el flamante tesorero que la promoción del deporte es una obligación del propio municipio, que debe destinar parte de su presupuesto a construir y mantener espacios públicos para este tipo de actividades, además de poner en marcha programas que lleguen a toda la comunidad, aspectos que se han dejado de lado en la presente administración.
Ante esta desatención, son los promotores que a nivel personal o a través de la Iniciativa Privada han tomado la batuta para ofrecer a la población alternativas de actividad física y de paso dar una mayor proyección a la ciudad, que en muchos casos genera la llegada de recursos con la activación de servicios que se ofrecen a los visitantes.
Ante ello, sólo falta que en poco tiempo se le ocurra cobrar impuestos por cada aparato de televisión que se tenga en casa, por entrar a las plazas o paseos públicos a hacer deporte, o bien, por cada puerta y ventana que se tenga en los hogares torreonenses, como ocurría en otros tiempos.
Bueno, ante la situación que se vive, es mejor no darle ideas al gran tesorero torreonense, quien bien pudiera tomarlas en serio.
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