Juan Pablo II. Fotografía aérea de la plaza de San Pedro y la Via della Conciliazione durante la ceremonia de beatificación.
El Papa Benedicto XVI beatificó a su antecesor Juan Pablo II ante 1.5 millones de personas que llenaron la Plaza de San Pedro y las calles aledañas, en un festejo jubiloso que acercó al amado pontífice a la posible canonización y que reunió a la multitud más numerosa para una misa en el Vaticano.
Las multitudes en Roma y varias ciudades del mundo estallaron en gritos, aplausos y lágrimas en el momento de develarse una enorme foto de Juan Pablo sonriente sobre la loggia de la Basílica de San Pedro.
"Restauró al cristianismo su verdadero rostro de religión de la esperanza", dijo Benedicto en una homilía que incluyó recuerdos personales del hombre al que aprendió a "venerar" durante casi un cuarto de siglo de colaboración.
Los príncipes herederos de España, Felipe y Letizia, junto con el premier italiano Silvio Berlusconi, el presidente mexicano Felipe Calderón, el líder del sindicato Solidaridad y ex presidente polaco Lech Walesa, así como el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, estaban entre los presentes.
La beatificación busca elevar la moral de una Iglesia golpeada por la crisis de los abusos sexuales a menores, pero también ha provocado la indignación de los grupos defensores de las víctimas porque el escándalo se produjo durante el pontificado de 27 años de Juan Pablo.
Antes de la misa reinaba un ambiente de fiesta: monjas sentadas en círculo tocaban guitarras y cantaban himnos, hombres alzaban a sus niños sobre sus hombros para que pudieran ver sobre las cabezas de la multitud y grupos de jóvenes católicos agitaban banderas de Argentina, Polonia, Francia y Gran Bretaña.
Con grandes sacrificios económicos, numerosos latinoamericanos llegaron hasta Roma para estar presentes en la beatificación de Karol Wojtyla.
Jesús, quien vino de Veracruz, México, señaló que era una experiencia "padre" (muy buena), una "ocasión única de estar en la beatificación de Wojtyla, a quien los mexicanos tenemos un cariño especial, y poder con nuestra presencia devolverle todo el amor que expresó a nuestro país".
La seguridad fue estricta: amplios sectores de Roma, a kilómetros del Vaticano, quedaron cerrados al tráfico automotor, helicópteros surcaron el cielo, lanchas policiales recorrieron el cercano río Tíber y unos 5,000 agentes uniformados patrullaron las barricadas para asegurar que los religiosos, las delegaciones oficiales y los poseedores de los codiciados pases VIP pudieran llegar a sus lugares.
Hablando en latín, Benedicto declaró a Juan Pablo "beato" poco después del inicio de la misa, realizada bajo un cielo despejado y ante un mar de banderas polacas blancas y rojas, una escena que recordó el funeral de Juan Pablo en 2005, cuando unas 3 millones de personas le rindieron homenaje.
Benedicto recordó ese día hace seis años y señaló que el inmenso dolor se vio compensado por una enorme gratitud por su vida y pontificado.
"Ya entonces percibimos el aroma de su santidad", dijo el pontífice para explicar la "razonable prisa" con que se honró a Juan Pablo. Dijo que con "la fuerza de un titán, una fuerza que le llegó de Dios", Juan Pablo revirtió la marea aparentemente "irreversible" del marxismo.
"Reclamó correctamente para el cristianismo el impulso de la esperanza que de alguna manera flaqueó ante el marxismo y la ideología del progreso", dijo el Papa.
Después de una misa de casi tres horas, Benedicto oró frente al ataúd de Juan Pablo dentro de la Basílica de San Pedro, que permanecería abierto durante la noche y todo el tiempo necesario para que pasen las multitudes de fieles que quieren rendirle homenaje.
El ataúd sellado ocupará una capilla lateral en la basílica junto a la famosa escultura de la "Piedad" de Miguel Ángel.
El cardenal español Agustín García-Gasco Vicente falleció de un ataque cardiaco el domingo en la mañana en Roma, antes de la misa, informó el Vaticano.
La policía, autoridades del gobierno y el Vaticano estimaron la cifra de los que asistieron a la misa en 1.5 millones. Apenas unos cientos de miles cabían en la Plaza de San Pedro y las calles aledañas, pero otros se congregaron frente a alguna de las 14 pantallas gigantes instaladas en diversos lugares de la ciudad o siguieron la ceremonia por radio en polaco o italiano.
Miles de peregrinos, muchos de ellos polacos, pasaron la noche en puentes y piazzas de la ciudad y acudieron a San Pedro apenas se abrieron las barreras con una hora de anticipación.
La beatificación tuvo lugar con un trasfondo de críticas por la rapidez con que se resolvió, así como de indignación por el abuso a menores por parte de sacerdotes: muchos de esos crímenes y su encubrimiento sucedieron durante el pontificado de 27 años de Juan Pablo.
JÚBILO EN EL MUNDO ¿Qué harán con el féretro?
Una vez que concluya la actual visita de fieles al féretro del beato Juan Pablo II en el altar de la Confesión de la Basílica de San Pedro, las autoridades vaticanas tienen previsto la noche de hoy 2 de mayo trasladarlo a la Capilla de San Sebastián para permitir una mayor afluencia de visitantes en el futuro. Se tiene previsto que las celebraciones por la beatificación concluyan a las 19:00 horas de hoy lunes, hora local, y de inmediato el féretro del extinto Papa será dispuesto en la citada capilla situada entre la que acoge a la "Piedad", de Miguel Ángel, y la Capilla del Santísimo.
De hecho, la capilla de San Sebastián está ubicada en la nave derecha de la Basílica de San Pedro en El Vaticano, ya fue desalojada y se encuentra lista para acoger la tumba de Juan Pablo II, pues los restos del beato Inocencio XI, que estaban colocados en dicho lugar, fueron a su vez reubicados en la capilla de la Transfiguración, frente a la tumba de Juan XXIII.
Lo anterior porque el altar donde se venerará permanentemente a Juan Pablo II cuenta con espacio suficiente para acoger a decenas de peregrinos sin molestar otros ritos dentro de la Basílica de San Pedro.
FUENTE: AGENCIAS
Las cifras detrás de la beatificación:
⇒ Un millón y medio de fieles presentes en la plaza de San Pedro y calles adyacentes. Entre ellos cien mil polacos.
⇒ 87 delegaciones oficiales de países y 16 jefes de Estado.
⇒ 100 cardenales y 800 sacerdotes.
⇒ 25 mil rosas y 14 pantallas gigantes.
⇒ 230 toneladas de basura recogida.
⇒ Un hospital, 87 ambulancias, 2 helicópteros de auxilio.
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