Violencia. Balaceras se reportan comúnmente en Juárez.
Estas son las cifras formales que retratan a la entidad más violenta del país: 12 mil cinco asesinatos, 672 secuestros, mil 227 extorsiones, 2 mil 471 violaciones sexuales. Todo ello en 3 años y 3 meses, contando desde el 1 de enero de 2008 y hasta el 30 de abril.
La mayoría de esos delitos ha ocurrido en esta ciudad, considerada la más peligrosa del hemisferio occidental; aquí se consumaron 7 mil 569 de los homicidios registrados por la Procuraduría estatal.
Tal magnitud criminal es, sin embargo, impune: sólo 2% de esos delitos condujeron a procesos judiciales, según el monitoreo realizado por la Red Mesa de Mujeres, con base en datos del Instituto Chihuahuense para la Transparencia y Acceso a la Información Pública y del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública.
"La impunidad que se ha visto no sólo estos tres años y medio, sino desde hace 20 años, es lo que alienta hoy otro tipo de delitos del fuero común. Juárez y el resto del estado de Chihuahua están a merced de criminales, pero también indefensos por la enorme corrupción de las fuerzas de seguridad de los tres niveles de gobierno, del Ejército y de las agencias del Ministerio Público", dice Cecilia Espinoza, una de las coordinadoras de la red.
Los robos y asaltos encabezan la lista criminal aludida por Espinoza. En total, desde 2008 Chihuahua registra 231 mil 542 denuncias por delitos del fuero común, 23 mil 514 de los cuales se dieron en los tres primeros meses de este año. Considerando los casos no denunciados (Ensi-2009), esos números equivaldrían únicamente al 15% del total de los delitos.
En Juárez, la ciudad a la que expertos internacionales catalogan como la más peligrosa del hemisferio, la combinación de crimen e impunidad desplomó la economía y orilló al exilio a más de 300 mil ciudadanos, casi la cuarta parte de la población que, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, había en 2000. Hace 20 años, el municipio se colocó a la cabeza, junto a Tijuana, como una de las zonas urbanas con mayor consumo de drogas per cápita. Entonces, inició un proceso político que trastocó la correlación de fuerzas que existió hasta entonces entre policías y criminales, dice Gustavo de la Rosa Hickerson, activista de los Derechos Humanos desde la década de los 80.
"En Chihuahua y particularmente en Ciudad Juárez, existía una comunidad (anómala, pero funcional) de policías y ladrones. Esto era una gran telaraña sensible a cualquier movimiento de unos y otros, pero en la cual la Policía sostenía los hilos reguladores. Eso cambió al arribo del Partido Acción Nacional al poder del Gobierno Estatal, en 1992, porque se pretendió terminar con esa generación de policías corruptos. Sin embargo, los nuevos que llegaron siguieron con esa misma tradición corrupta, pero sin conocer el mundo de los criminales", resume De la Rosa Hickerson.
La violación a los derechos humanos por parte de la autoridad creció exponencialmente con el arribo de las fuerzas federales en marzo de 2008, e igual que en el pasado reciente, la impunidad es absoluta, dice De la Rosa, que como visitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos documentó desapariciones forzadas y asesinatos cometidos por militares y agentes de la Policía Federal. Desde 2008, tan sólo en la región norte de Chihuahua (Casas Grandes, Ascención, Buenaventura, Guadalupe Distrito Bravos, Praxedis G. Guerrero y Ciudad Juárez), 9 promotores de los derechos humanos fueron asesinados y 5 viven en el exilio.
12
MIL
Asesinatos se han reportado en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Efe