EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

La candidata

GILBERTO SERNA

Es hermana del actual Presidente de la República. Lo que ha dado lugar a que lenguas viperinas en sub acepción de que pretenden hacer daño, tanto al partido que la postula como a la propia candidata, no es que en verdad estén convencidos de que el Presidente actúa con nepotismo, prefiriendo a un familiar para ocupar un cargo de elección , sino que se quiere aprovechar la posibilidad de dejar en entredicho el criterio que aplica en política para perjudicar al Partido de Acción Nacional.

Eso aunado a lo que la tal conducta produzca malestar en los electores, como el soplador en un anafre aviva el fuego, si con eso logran que el Presidente le niegue su apoyo a su hermana, están soñando. Tengan la seguridad que la apoyará como a cualquier otro candidato. El que diga lo contrario estará equivocado, pero eso no impide que sean los electores los que decidan con sus votos si la quieren o no. No es que vaya a encontrar jabón resbaloso en las losas que cubren el patio de la casa de gobierno, es que basta con que los electores le den la espalda para que se estrelle en un muro que le impedirá ganar. No importará entonces que su hermano sea quien es, si no que podría ser un hombre que administrara un plantel educativo u otro trabajo. Lo que importa es que los que acuden a las urnas decidan entregarle su beneplácito.

Esto significa que quienes votan se dejen o no influir por el gafete que trae en la solapa del traje. Eso será problema de ellos no del Presidente. Lo será de quien se acerque a las ánforas con una boleta en una mano y un crayón en la otra, estará solo con su conciencia, cubierto de las miradas curiosas, protegido por una mampara, pondrá una tacha en el círculo del partido político que postuló al aspirante de su preferencia.

No hace mucho, usted lo recordará, un candidato a gobernador que se columpiaba en el hecho de ser compadre del Presidente, dado que había apadrinado en su bautizo a uno de sus hijos, sufrió aquí en Coahuila una abrumadora derrota. Desde ese entonces no se cree que los ahijados políticos, ya sea un compadre o una hermana cuenten con que el ciudadano vaya a votar por ellos velis nolis (quieras o no quieras) porque estarán sujetos a la supervisión de unos electores cada vez más despiertos a los que no fácilmente les pueden dar gato por liebre.

Que se dejen embaucar por ofrecimientos en campaña electoral aunque después no les cumplan, es otra cosa, no hay ahí engaño alguno, si no que acepta con los ojos abiertos participar en un timo, en que por lo general el timado resulta ser el mismo votante. Desde tiempos de la Conquista de México por Hernán Cortés los mexicanos cambiamos oro por cuentas de vidrio.

Ahora hablemos sobre el lado oscuro del proceso. Los candidatos sean del PAN, del PRI o del PRD deben estar enterados que grupos armados dispuestos a todo pueden, si se lo proponen, echar a perder lo que se supone es una fiesta cívica, acabando con las pretensiones de la consanguínea del Presidente que compite contra Fausto Vallejo del PRI y Silvano Aureoles del PRD, de ahí que esté rodeada de un fuerte destacamento de guardias. No debe extrañar que la candidata a quien sus íntimos llaman con el cariñoso apodo de Cocoa, se vea resguardada por guardias del Estado Mayor Presidencial especializados en esos menesteres.

Eso demuestra que no están haciendo confianza. En la entidad donde hará sus recorridos de campaña podrían ser seguidos por un grupo de maleantes a los que llaman "La Familia"; qué mejor oportunidad para cometer un atentado.

De ahí que no sea cosa de confiarse. Un percance donde se viera en peligro la integridad física de la candidata, podría desatar consecuencias, más allá de una desgracia familiar. Ahora bien, lo peor que podría pasar, no quiero ni imaginarlo, sería un secuestro con el fin evidente de conseguir un rescate, no precisamente económico. Es un riesgo que se aminora si uno ve las fotos del equipo de seguridad que la rodea.

Los que prenden focos rojos parecen no estar atentos a las cuestiones políticas. En tal caso dirimen sus querellas en la disputa de territorios. Hasta ahora no hemos visto manifiestos que nos indicaran su deseo de que su pelea se extienda a los terrenos de la política. No es de dudarse que haya políticos comprometidos con el poder del dinero que representan los intereses de los cárteles, mas sin embargo, eso no parece amedrentar a quienes están jugando para ocupar la gubernatura estatal que no se advierte les preocupe.

Hay en Michoacán una violencia social inocultable que ha hecho que la entidad entre en una fase de desestabilización, tanto social como política. Lo primordial es que la candidata esté enterada del laberinto de pasiones que le esperan, que sepa de los riesgos que corre y de que lo que haga o deje de hacer, tarde o temprano repercutirá en su pariente. Tendrá que demostrar que la decisión que tomó de participar fue porque estaba segura de ganar, ya que de otra manera, un fracaso sería una dolorosa derrota. En fin, el único que se ve en un dilema es el actual gobernador de Michoacán pues se juega su supervivencia política.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 649276

elsiglo.mx