La nota roja diría: fue pillado cuando escamoteaba (la palabreja es más que apropiada pues según la definición que da el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, escamotear significa: 1).- Hacer el jugador de manos que desaparezcan a ojos vistas las cosas que maneja, 2).- Robar o quitar una cosa con agilidad y astucia.) El personaje asistía en su carácter de Presidente de Checoslovaquia, invitado a una ceremonia oficial en Chile, cuando subrepticiamente se guardó una pluma con piedras preciosas incrustadas. El incidente hubiese pasado desapercibido si no hubiera sido por una cámara que lo estaba grabando. En efecto, un video de televisión checa se observa cómo su presidente Vaclav Klaus se queda con una pluma durante una reciente rueda de prensa en Santiago de Chile. Ni modo de negarlo, la imagen es muy clara donde se alcanza a ver cómo, en apariencia distraído, pasa la estilográfica -incrustada con piedras semipreciosas chilenas- a uno de los bolsillos de su chaqueta. Muchos de sus paisanos lo tomaron con humor, pero a muchos otros les apesadumbró. He de anotar que si bien usamos el término robar, no es exactamente lo que hizo el político, aunque se le parezca mucho, ya que en tal caso sería un abuso de confianza, que en realidad no lo fue.
Lo más notable es la reacción de los ciudadanos checos, quienes no se contentaron con apagar la imagen que aparecía en sus televisores, si no que iniciaron una campaña por Facebook para, con singular agudeza, regalarle plumas a Vaclav Klaus, cerciorándose de que jamás volviera a disponer de una ajena. Klaus, quien no es pariente de Santa, dijo en respuesta a los señalamientos de ser amigo de lo ajeno, que es habitual en esos eventos el gobernante guarde como un souvenir, esto es, un recuerdo de su paso por tan importante acontecimiento. No deja de ser una bagatela, una chuchería, una baratija. Lo que desconcertó a la audiencia es que bajara ambas manos, por debajo de la mesa, dando la falsa impresión de que se estaba escabullendo el objeto. Aquí en Torreón se vio en los noticieros nacionales como travesura del mandatario, quizá con cierta mescolanza de misterio, pues al parecer lo que no quiso era llamar la atención de los concurrentes. Hay quienes piensan que hay que olvidar el asunto que no deja de ser una tontería. Un mandatario tiene en sus manos el manejo, si es su tendencia a cometer actos ilícitos que le pudieran dar el título de ladrón, de gran cantidad de negocios en que se manejan fortunas que dejarían satisfecho al más glotón de los manilargos.
Tan es así, que debemos incluir a todo político encaramado en un modesto cargo público. Se convierten en auténticos depredadores de los presupuestos públicos. Lo que alcanza a sus parientes más cercanos y en ciertos casos, aun a los más lejanos. Entran pálidos, escuálidos, esqueléticos, depauperados y escuchimizados, saliendo rozagantes, tripones, exuberantes y si se les acomoda, cargan con todo lo que pueden, pues no hay quién los vigile y menos quién los llame a cuentas. Y no se crea que se trata de una bicoca, una pluma fuente, ¡bah!, los de acá son insaciables e insensibles socialmente hablando. Descubren en ese páramo de lodo la flor más hedionda de todas que es la impunidad. No les pesa la conciencia, ¿acaso tienen?, de pasar por encima de toda barrera social para consumar sus negros designios. Sus negocios chuecos son su especialidad. No hace mucho, meses atrás, se supo de la compra de bienes inmuebles por los que se pagaron enormes sumas, más allá de su valor real. Sí, me estoy refiriendo a los terrenos que se compraron a particulares y que fueron derruidos para dar paso a una megaplaza, que actualmente está en construcción.
En estos días se prepara en nuestra ciudad un negocio, en que intervienen los mismos que se llenaron los bolsillos con la compraventa de los terrenos que forman la macroplaza. Es útil tener a un político de oposición que se preocupa por desenmascarar a estos aprendices de bribones que en esta vez pretenden llevar a cabo la venta fraudulenta de una franja de terreno en cuyo subsuelo se hicieron trabajos de obra pública que corre por la orilla sur de la calzada Diagonal Las Fuentes, con la prohibición expresa de que no se haría construcción alguna encima de esos terrenos. Estos sicofantes e impostores de los bienes municipales amenazan destruir un bien sobre el que podrían levantar juegos infantiles, áreas verdes, bancas recreativas, etcétera. ¿Por qué siempre medrar es su blasón? La extensión es de no poca importancia. En el Departamento de Obras Públicas del Ayuntamiento debe de existir el plano correspondiente. Desde el antiguo Aeropuerto, donde en los años cuarenta se lanzaban los aguiluchos en endebles paracaídas, lo que era un espectáculo para los lugareños de aquel entonces, hasta la actual avenida Pedro Rodríguez Triana, abarca la superficie en cuestión. Diremos como el programa infantil de los ayeres ¿y ahora, quién podrá defendernos?