Me permito usar este término, absolutamente gallero, a propósito de lo que viviremos está semana dentro del futbol nacional e incluso allende nuestras fronteras, y lo primero que quiero comentar con usted es el gusto por que haya terminado en la Liga mexicana la farsa denominada fase de grupos, para dar lugar a los enfrentamientos serios.
Por primera vez en mucho tiempo, los llamados "grandes" han sido convidados a esta selecta reunión, aunque llegan en circunstancias dispares, por ejemplo, Guadalajara es la cola del vagón y tendría que jugar 180 minutos perfectos si es que sueña con derrotar al equipo que, según mis cuentas, tiene la mayor facha de campeón.
Cruz Azul enfrentará a sus propios fantasmas, buscando ansiosamente ese título que, según sus seguidores, les ha sido escatimado, y en opinión de los detractores del cuadro celeste, se les ha ido por falta de agallas a la hora buena. Es quizá en ese afán desmedido donde los pupilos del "profe" Meza construyen su propia desgracia.
Se medirán con el alegre cuadro del Atlante, que juega muy buen futbol y que con la racha al final del campeonato se encaramó hasta el cuarto lugar general. Eso le confiere a los de Cancún la ventaja de cerrar en casa y el pase automático en caso de empate global. Sea como fuere, los dirigidos por el "Piojo" Herrera ya cumplieron y seguramente querrán más.
El América está jugando en dos torneos, y hasta el momento ha entregado buenas cuentas tanto en lo futbolístico como en lo físico. Evitó a Pumas pero se encontró a Monarcas, que no es precisamente como para echar cohetes de felicidad. Tendrá una semana crucial jugando ante Santos de Brasil su última carta para seguir en el sueño libertador y frente al susodicho Morelia, que es tan voluble como el carácter de Tomás Boy. Todo esto en espacio de cinco días y además, tuvo que prestar su casa para un concierto rockero. ¡Alabado sea el Señor!
Los Pumas de Memo Vázquez dejaron ir el superliderato cayendo en forma ignominiosa ante las Águilas en el meritito CU y eso tiene a su fiel afición francamente molesta. Por ello, en lugar de tener nuestra versión tenochca del Barça-Madrid, escenificado por felinos y aves jugando tres veces en una semana, los del Pedregal se sacaron en la rifa nada más que al campeón defensor y créame que no será un día de campo. Los Rayados son un equipazo, lleno de figuras y con un entrenador que tiene pacto sellado con la diosa fortuna.
En el mejor futbol del mundo, Manchester y Barcelona buscarán terminar con lo iniciado y echar afuera a sus rivales. Los ingleses van en caballo de hacienda y el morbo está en saber cómo termina la edición española de la obra "Adorables enemigas", que tiene en el reparto a la Mourinho y a la Guardiola ambas Pepas por nombre de pila.
De este lado, sueño con una final norteña... ¡Cierren las puertas!
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