Corría el lejano 1953 y mi padre se encontraba inmerso en la elaboración de su tesis profesional. Desvelado y barbón, recibió la invitación de su amigo Carlos Monges para que lo acompañara a un juego de basketball. "Voy a ir con mi novia y su hermana, que es una güerita preciosa, anímate, te va a encantar". Tras hacerse un poco del rogar, mi jefe accedió, más porque jugaban los "Harlem Globetrotters", esos magos del baloncesto, que por socializar, sin embargo, el destino es canijo y quiso Dios que esa noche conociera a la propietaria de sus amores y sus quincenas, dándonos a mis hermanos y a mí a la más maravillosa madre que se pueda encontrar, por lo menos, aquí en el planeta Tierra.
Este hecho viene a mi memoria luego de ver la reseña de la "Gira de estrellas del basketball" organizado por el Gobierno de Sinaloa y que tuvo lugar en el bellísimo puerto de Mazatlán y en la pujante Culiacán, más hermosa que nunca.
Aprovechando la inminente huelga en la NBA, el Malova, cumpliendo promesas de campaña ahora que es gobernador, le encargó a mi brother el "Kory" Leyson la confección de este evento que, créame usted, no es un asunto menor.
Poder ver en la duela a más de una docena de súper estrellas del baloncesto profesional, encabezados por el mexicano Eduardo Nájera y los estelarísimos Tyson Chandler, J.J. Barea y Shawn Marion, se equipara a lo que sería una final de copa del mundo en el balompié.
Cuando las heladas le pegaron a Sinaloa hará cosa de un año, Mario López Valdez le dijo al presidente Felipe Calderón que si le ayudaba a poner verde al Estado, él le bailaría hasta en Los Pinos. En este mismo espacio yo comenté que si el titular del Ejecutivo en ese extraordinario lugar de la República cumplía sus promesas en torno al deporte, un servidor, que tiene dos pies izquierdos y carece del sentido del oído para la música, danzaría en el mismísimo Culiacán.
Por ello, quiero notificarles que me encuentro en clases de baile, en el grado de "avanzados" junto al "Perro" Bermúdez, para llegado el momento poder honrar mi palabra, toda vez que ellos van cumpliendo la suya.
Este tipo de eventos demuestran que cuando existe un real liderazgo en la administración pública, se pueden involucrar los patrocinios de la iniciativa privada para organizar espectáculos sin precedentes en nuestro país. Lástima que el futbol acapare los espacios publicitarios porque el grueso del público tendría que conocer la magnitud de estos esfuerzos.
Ojalá que los dueños y jugadores de la NBA logren conjurar la huelga y podamos tener temporada allá en el "gabacho", pero mientras nos dieron una probadita de su increíble calidad.
Mientras tanto, si cada uno hace su chamba y cumple sus promesas, estaremos constantemente... bailando por un sueño.
Apbcarter_1@hotmail.com