Una de las apuestas más frecuentes entre la llamada "clase política" en nuestro país, es a la falta de memoria colectiva. Somos un pueblo bondadoso, paciente y resignado que aguantamos 70 años el impune saqueo de un partido escudado en los "ideales de la Revolución". Llevamos casi 12 años padeciendo los gobiernos emanados del "cambio" sin que en la realidad se haya modificado nada para bien y ahora nos aprestamos a presenciar, impávidos, el desfile de candidatos para toda clase de escaños y puestos, la mayoría auténticos vividores del sistema, sin un cuestionamiento serio de sus capacidades para interpretar nuestras necesidades y para desempeñar sus funciones.
Usted y yo, amable lector, pagamos la democracia más cara del mundo pero no podemos ser candidatos si no estamos afiliados a algún instituto político. De nuestros bolsillos sale el dinero para sueldos y prerrogativas de una bola de zánganos que no tienen el decoro de rendirnos cuentas pues están muy ocupados en cuidar los intereses del partido al que pertenecen y en el colmo de los males, tenemos que "fumarnos" los spots y anuncios de sus "virtudes" como una perversa penitencia por cometer el pecado de ser mexicanos.
Mejor le paro a mi rollo porque ya me ando enojando y no voy a permitir que nada ni nadie altere mi paz espiritual en esta época, pero aludo al tema de la escasa memoria para que no dejemos morir momentos intensos que se vivieron a nivel deportivo en este agonizante 2011.
Se tiene presente que el campeón del futbol mexicano es Tigres, al obtener brillantemente el título tras un año casi perfecto, pero se olvida que en el primer semestre fueron los Pumas quienes levantaron el trofeo tras vencer, con un golazo de Javier Cortés, a Monarcas Morelia en Ciudad Universitaria.
También se ha archivado en algún hueco de la mente el triunfo de la Selección Nacional en la Copa Oro, donde se le pegó un baile en la final al equipo de las barras y las estrellas, incluyendo un gol de fantasía de Giovani Dos Santos, así como el decoroso papel del tricolor Sub-20 en el Mundial de la categoría en Colombia.
Ni para qué acordarse del triste papel del combinado azteca que acudió con un cuadro alternativo, fruto de la imaginación del dueto de rateros que presidían la Concacaf, a Argentina. Resultó la peor actuación de México en la historia de la Copa América.
Se ganó la medalla de oro en Juegos Panamericanos y los futbolistas mexicanos van saliendo al extranjero, siendo el principal referente Javier Hernández, a quien las lesiones le zumbaron en el año que acaba.
El momento de mayor emoción fue la coronación de los chavos sub-17 en el Estadio Azteca. Ver a esos escuincles jugar como los grandes, retando a rivales de jerarquía y doblándolos con autoridad, hizo que los corazones latieran a fondo y los ojos se llenaran del sagrado líquido de las lágrimas sinceras. Por ello, vivirán en nosotros pese a la...flaca memoria.
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