Es difícil no simpatizar con los Jets de Nueva York, son atípicos para una liga que se precia de ser seria y formal, habladores, echadores, pero sobre todo cumplidores. A pregunta expresa de Cris Collinsworth del programa "Inside the NFL" a Rex Ryan, coach en jefe de los neoyorquinos acerca de esa "fila de asesinos" que estaba enfrentando, refiriéndose a Manning, Brady y ahora Roethlisberger, el ex receptor de los bengalíes y ahora uno de los más respetados analistas de la NFL, preguntó esto a Ryan haciendo una comparación a aquel temible orden al bat de los Yanquis del 27, bautizado como "Murderer's row" donde formaban parte entre otros: Babe Ruth y Lou Gerhig , con decirles que en ese año anotaron 975 carreras en 154 juegos. ¿Pero que respondió el chispeante Ryan? "Si ellos son parte de la fila de asesinos entonces nosotros somos Carl Hubbell". Ahora Ryan hacía referencia al legendario lanzador zurdo de los Gigantes de Nueva York de la década de los 30 e inventor del screwball que luego reviviera nuestro torito Valenzuela.
En el juego de estrellas de 1934 teniendo como escenario el Polo Ground, Hubbell enfrentó no sólo a dos de los principales "asesinos", Ruth y Gerigh, sino que todavía tenía que lidiar con otros tres "monstruos" como Jimmy Foxx, Joe Cronin y Al Simmons, entre estos cinco angelitos conectaron más de 2000 cuadrangulares en las Mayores.
Carl Hubbell no solo no se intimidó ante estos "sansones del beisbol", sino que dejó muda a una multitud de 50 mil personas cuando con dos en base y sin outs y utilizando sólo diez lanzamientos, seis de ellos de "tirabuzón", ponchó en forma consecutiva a tres de los mejores representantes de la destrucción: el Bambino se ponchó en tres pichadas sin tirarle, Gerigh lo mismo, Foxx abanicó el cuarto lanzamiento para también saborear chocolate amargo, todavía Hubell continuó con su seguidilla de ponches en la siguiente entrada: Joe Cronin, Al Simmons y Bill Dickey, la cereza en el pastel fue cuando Hubbell volvió a enfrentar a Ruth y lo obligó a batear para dobleplay.
Disculpen que nos hayamos extendido hablando de la epopeya de Hubbell en el beisbol de las Grandes Ligas y no hablemos exclusivamente de Futbol Americano, pero la respuesta inmediata de Rex Ryan sin dejarse intimidar por el hecho de que le queda un gran obstáculo todavía en la figura del Big Ben, nos habla de la clase de confianza en este agradable sujeto y que le transmite a sus jugadores. Una lástima que sean los Acereros los rivales de estos carismáticos aeroplanos a propulsión a chorro, nos hubiera gustado verlos en un Súper Tazón después de 42 años, pero el Acero como siempre prevalecerá. Nos vemos la semana que entra para hablar del Super Bowl 45 entre Pittsburgh y rival por definir.
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