No hay de otra, o se quiere o no se quiere. Cuando te decides a querer a alguien debes de asumir que no sólo habrá sonrisas y gratos momentos, irremediablemente vendrán días difíciles, amargos momentos, ahora volteas hacia arriba y ves a 15 equipos sobre ti, antes volteabas hacia abajo y veías a 16 rindiéndote pleitesía, estos tiempos por lo pronto se han acabado, y en medio de esta incómoda situación es cuando debes de reconsiderar si estas dispuesto a renovar tus votos con el equipo de tus amores o ya de plano tirar la toalla y cambiar de equipo.
Suena duro, pero al constatar el grado de decepción y enojo, sobre todo en las nuevas generaciones de santistas que desesperadamente buscan una explicación lógica a lo que sucede, como si el futbol tuviera una lógica, dan ganas de tomarlos de las solapas a estos desesperados y decirles: "Nosotros los viejos santistas pasamos por situaciones mucho más desgraciadas que estas y junto con el equipo salimos adelante, si no tienes las agallas para resistir, pues renuncia y vete con el equipo de moda, pero deja de lloriquear, decídete, si vas a continuar con el verde y blanco continúa con todo hasta que te quedes sin aliento"
Sé que esto está dirigido a una minoría dubitativa, sé que la inmensa mayoría de santistas no tienen la menor duda sobre su amor hacia Santos Laguna, por eso le pido a los que se azotan pidiendo incluso no sólo la salida de Diego Cocca sino hasta la de Alejandro Irarragorri, el presidente más exitoso en la historia de los Guerreros, el mismo Irarragorri que aceptó la total responsabilidad del despido de Romano y las consecuencias deportivas que en este momento se están sufriendo, él sabe que tendrá que rendir cuentas y lejos de arredrarse lo asume como debe ser, sin dudas y mucho menos temores.
Entiendo el nivel de carrilla que sufren en la actualidad los santistas, pero malo sería que no hubiera argumentos para rebatir a aquellos que se burlan del momento santista, hay tela de donde cortar para parar en seco a cualquiera que ose hacer mofa de la crisis guerrera y no hay que remontarse mucho, sólo unas semanas atrás los Guerreros dominaban las canchas de México y no había quien les tosiera hasta llegar a las finales.
Mis respetos a todos aquellos que portan, no sólo con amor sino con orgullo, la playera de los Guerreros, los he visto en la Región Lagunera e incluso en Saltillo y Monterrey, siempre que veo a un orgulloso seguidor santista con su playera lo saludo y le muestro mi admiración, por mostrarle al mundo que una cosa es un torneo malo, que una fidelidad basada en éxitos y fracasos, de caerse y levantarse, y siempre, siempre con la frente guerrera en alto.
Rrosell50@hotmail.com
