Típico, después de cuatro juegos sin perder, incluyendo tres victorias, Santos lucía para calificar y vencer a cualquiera. Pierde de manera inopinada ante San Luis en el TSM Corona, y ahora que los alabábamos, nos lanzamos con todo contra el equipo de Cocca, son los riesgos de la inmediatez, hace una semana, que se quede Cocca, ahora, en este momento, que se vaya.
Que si debió iniciar con Peralta en lugar de Pony, ¿no habíamos quedado que lo mejor era repetir el cuadro autor del éxito de los últimos juegos? Quién los entiende. Pero, así como no sólo debería de importar ganar sino el cómo, igual aplica para los perdedores, perder es parte del juego, pero el cómo perder es lo que hace la diferencia entre un equipo comprometido, que lucha y es vencido en buena lid, a otro, que sin venir al caso decide que, si todo el mundo anda de vacaciones por qué nosotros no, con excepción de Cristian Benítez que corrió como loco y nunca encontró un acompañamiento adecuado hasta el ingreso de Oribe y del pobre de Rafita Figueroa que también corrió incansablemente y terminó crucificado por la prensa por aparecer cerca de Wilmer Aguirre que anotó un triplete, mientras que los otros defensas decidieron fingir demencia, decía que, con excepción de estos dos que se esforzaron durante los noventa de manera infructuosa, el resto mostró una falta de ambición inexplicable y triste.
Simples espectadores los volantes santistas. Juan Pablo y Salinas unas fieras en los anteriores partidos se dedicaron a contar cuántos toques le tomaba a los Gladiadores antes de proyectar al peruano Aguirre para la vacuna correspondiente. Continuando con los desganados, lo de Ludueña es hasta cierto punto explicable, pero de Guty Estrada, que también se agregó al club de los indolentes, inconcebible.
¿Qué pasó por la mente de los Guerreros para dar semejante bodrio de partido? Probablemente algo así como "oh no, ya estamos otra vez en camino de una liguilla", "y qué tal si nos colamos otra vez a una final", "no, qué flojera, si la vamos a perder otra vez, mejor hay muere y de una vez por todas vámonos de vacaciones".
Si no fuera por las jugosas primas que se ganan los jugadores al calificar para una liguilla, la verdad después de la pobre exhibición del sábado pasado uno pensaría que deliberadamente dejaron ir la oportunidad mandando todo al demonio, literalmente tirar la toalla y hay se ven.
Diego Cocca molesto con sus jugadores ya despidió el torneo, sus dirigidos, según lo declarado, continúan alimentando una esperanza comparable a una veladora que trata de mantener su flama en medio de un huracán.
Y ahora un ¿sabías que?... Sabías que... Necaxa perdió ocho juegos con marcador de 1-0. Increíble, ¿no?.
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