EL CAMINO A TORREÓN.- No parecía realizable, todos lo anhelábamos, pero curados de espanto y siempre fatalistas, en el fondo sabíamos que la posibilidad de tener a los chavos de México en nuestra tierra se podía caer en cualquier momento. Había que ganar un grupo nada fácil, donde participaban el campeón asiático Corea del Norte, el campeón Europeo Holanda y los siempre complicados africanos en estas categorías representados por el Congo.
Que al final de cuentas, coreanos y holandeses decepcionaran es otro cantar, el asunto es que para llegar a Torreón no sólo había que calificar sino incluso ganando el grupo y se hizo.
Después Panamá y Francia, los canaleros nunca fueron dóciles bajo la lluvia en Pachuca, al final con dos goles a balón parado (a diferencia de sus hermanos y hermanas mayores estos chavos sí aprovechan en forma positiva la táctica fija) eliminaron al tozudo equipo centroaméricano.
Se quedaron en Hidalgo para esperar a los ásperos y veloces franceses, en una epopeya donde no paró el sufrimiento hasta la última jugada, cuando en un balón al área nacional el balón terminó yéndose por la línea de fondo ante la mirada del "bipolar" Richard Sánchez. "Nos vamos a Torreón, nos vamos a Torreón", cantaban los chavitos mexicanos en un cántico que sonaba irónico para otros mexicanos. ¿Quién demonios canta alegremente ante la posibilidad de viajar a Torreón? Pero esta es la magia del futbol, en un norte convulsionado por la violencia, el Mundial Juvenil ha mitigado y aliviado las penas y con la presencia de nuestros escuincles, la Región Lagunera entera tiene razones para sonreír y hasta carcajearse.
Una de las varias derrotas que nos han infringido los graníticos teutones fue también en tierras norteñas concretamente en Monterrey, México tuvo que dejar el Azteca y en penales fue eliminado por Alemania, después se alegó que la mudanza había sido la clave, "del Azteca no habían salido vivos" decíamos como siempre echadores. El caso es que ahora este grupo que lidera el higadito de Raúl Gutiérrez (le deseamos lo mejor y si gana el Campeonato Mundial que lo aguante su familia) terminará visitando cinco diferentes ciudades, inició en Morelia, luego viajó a Monterrey, dos partidos más en Pachuca, el que nos ocupa en Torreón y para culminar el domingo en el D.F., liga cinco victorias y no les ha importado agarrar sus chivas (que son varios) y agarrar la legua. Nuestros respetos para estos chavitos y esperemos que el domingo en el Azteca jueguen a las seis y no a las tres.
Podemos decir que pase lo que pase, a los laguneros ya lo bailado nadie nos lo quita, pero deseamos gritar y cantar ¡Viva México! como en una catarsis tan necesaria a la hora que el señor Omar Ponce del Ecuador silbe el final, por unas horas los laguneros merecemos sentirnos totalmente felices arropando a estos juveniles que representan lo puro y bello del deporte, vamos a pasar un muy buen rato, sean felices, abracen y besen (según el caso) al de al lado, bailen, griten, rían como locos, el escenario y el partido lo valen.
Rrosell50@hotmail.com