De no haberme enganchado años atrás con los Bravos de Atlanta, confieso que mi equipo favorito en las Grandes Ligas serían los Cerveceros de Milwaukee. Nos identifica mutuamente y con claridad su mote y mi afición a las cerveza bien fría ("todo con moderación coman frutas y legumbres" dicho esto a gran velocidad) pero además es un equipo carismático, de mercado pequeño y cuenta con dos lanzadores mexicanos de gran calidad.
En estos momentos los Cerveceros (salud) son el mejor equipo como local de todo el beisbol, superan incluso a monstruos como Yanquis y Filis, la fabulosa marca de Milwaukee en su estadio el parque Miller es de 47 ganados por sólo 16 perdidos, los antipáticos de los mulos compilan un 40-24 y los favoritos para ganar la Serie Mundial, los Filis, en casa juegan para un récord de 44-20.
El equipo que dirige Ron Roenicke es líder de la central en la Nacional con 6.5 juegos por encima de los Cardenales, cuando restan 37 partidos todo parece indicar que los de Wisconsin romperán la pequeña racha de dos temporadas seguidas sin calificar a los playoffs.
En los años ochentas, los Cerveceros hicieron época, con grandes peloteros del calibre de Ben Oglivie cañonero temible, Cecil Cooper productor de 100 o más carreras por temporada, Rollie Fingers campeón de salvamentos, Cy Young y jugador más valioso de la Americana en el 81 (acuérdense que hasta 1997 los Cerveceros [salud] jugaron en la Americana, en el 98 debutaron en la Nacional) mas tarde aparecieron dos iconos de la organización Paul Molitor y Robin Yount, otro que la aporreaba en serio era Gorman Thomas, en el 82 ganó el Cy Young, Pete Vuckovich, otro cervecero inolvidable sin duda Ted Simmons y, obvio, cómo olvidar a Teodoro Higuera que en 1986 ganó 20 juegos.
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