Vaya fin de semana agotador en el deporte, y eso que su servidor no movió un dedo en la práctica misma de esta ejemplar disciplina. Pero incluso ver por la tele cómo despedazaban a mis Acereros, el nervio y esa perceptible inquietud de los miles que fuimos al Santos-Chivas, el alucinante duelo tenístico de Nadal y Djokovic, la forma en que se han cerrado los duelos por los respectivos comodines en las Mayores, la inesperada y megasorpresiva llegada de Benjamín Galindo de nueva cuenta a la dirección de los Guerreros, ¡óigame! Uno por uno, no se me amontonen.
En un emocionante y sumamente especial sábado todos regresamos al TSM Corona, ya sea en persona o en espíritu, no hizo falta mucho tiempo para que volviéramos a sentirnos en casa y para ponerle sabor al caldo el piloto del Black Hawk decidió como la película y canción de Pedro Infante "Ando volando bajo" de darse una vueltecita para quizá darse cuenta de algo de más cerca, "¿a poco entró Ochoa?" preguntó el copiloto y el piloto "no mams, a ver déjame ver" y ¡tómala!, que a los que los poseen les puso los pelos de punta, a un servidor se le arrugó el ocsipusio y anexas, la banda agradeció la sensación de seguridad a todos los cuerpos de seguridad, pero en ese momento al temerario piloto le dedicaron el clásico grito que forma parte del folklore futbolístico de nuestro país. Al final empate a uno, con un gol de Chivas que ojalá Oswaldo ya haya superado la depresión de recibir un gol ¡en tiro libre! ¡De zurda!, ¡del Venado Medina!
En Baltimore los desgraciados de los Cuervos desahogaron toda su amargura y frustración en contra de mis Steelers propinándole histórica paliza, Roethlisberger perdido, Polamalu ausente aunque en el terreno, al más odiado acerero Hines Ward, me lo surtieron en serio, vamos, el único que mostró orgullo y dignidad fue el polémico James Harrison, en fin que quedé como una anécdota irrepetible.
En Nueva York dos enfermos se empeñaron en protagonizar el más grande espectáculo sobre la tierra, Novak Djokovic y Rafa Nadal protagonizaron sobre todo en los sets dos y tres un tenis estremecedor y delirante, si uno en su sillón terminó bofo, imagínense esos dos colosos, sólo decir gracias por tan deslumbrante espectáculo.
Los Bravos y Medias Rojas han decidido ponerle interés al cierre de la temporada y de tener ventajas hasta de nueve juegos sobre sus respectivos perseguidores se han dedicado a perder puntualmente juego tras juego, resultado: Cardenales está a 4.5 de mis Bravos y Tampa Bay a 3.0 de mi equipo favorito en la Americana Boston. La temporada termina el próximo 28 así es que agárrense señores.
Y para culminar, la confirmación de la llegada de Benjamín Galindo que buscará ganar su primer juego con Santos el próximo sábado en San Luis para romper la cadena de siete frustrados intentos. Muchos no estamos de acuerdo con la contratación de Galindo, pero deseamos éxito por el bien de la afición y del bien amado equipo guerrero.
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