La afición gritó en todo momento para apoyar a sus consentidos, en la doble jornada que se vivió ayer en el Estadio Torreón.
Con la sonrisa que produce una victoria, los jugadores de Uzbekistán salieron ayer por el mismo túnel que lo hicieron el domingo pasado. El semblante en sus rostros cambió en pocos días; la tranquilidad de saber que hicieron las cosas bien los hizo saborear el momento. Sus tres primeros puntos en el Mundial Sub-17 los mantienen con vida en el torneo.
El Estadio Torreón una vez más tardó en agarrar color. Esta vez no era un día festivo, pero sí día laboral para muchos laguneros. Y poco a poco se fue poblando la sede del Mundial juvenil México 2011.
El calor también bajó un poco la guardia e incluso, por momentos, algunas nubes brindaron sombra a jugadores y aficionados.
Los favoritos están claros. Primero tocó el turno a Uzbekistán, que a pesar de la primera derrota en el torneo, salió al campo con la convicción de ganar y el cobijo en la tribuna.
Noventa minutos después, sus manos estrechaban las que interrumpieran su paso camino al vestidor, mientras el ídolo Timur Khakimov estampaba su firma en la bandera de un aficionado.
Una hora después, República Checa aprovechó su segunda oportunidad también con el respaldo del respetable. Los abucheos fueron para los "gringos", a pesar de que se podían distinguir algunas playeras norteamericanas entre los asistentes.
Así, la fiesta tomó forma.
4,133 ASISTENTES
Marca la FIFA que estuvieron ayer en el partido entre Uzbekistán y Estados Unidos.