Después de que Dollero y sus acompañantes Bornetti y Vaucresson, visitaron San Pedro de las Colonias, regresaron a Torreón y tomaron el tren hacia la ciudad de Durango. Hasta allí llegaba el Ferrocarril Internacional, procedente de Ciudad Porfirio Díaz (Piedras Negras, Coah), de acuerdo a la referencia de Dollero. Eran los días previos a la Navidad de ese año de 1908. Allí los viajeros pasaron la Noche Buena y el día de Navidad y el día 26 se trasladaron en la misma línea de ferrocarril hacia Ciudad Porfirio Díaz, en donde permanecieron tres días, para después empezar su recorrido hacia los poblados de Coahuila, al sur de dicha población fronteriza. Así visitaron Allende, Zaragoza, Sabinas (en donde recibieron al Nuevo Año 1909, en el "modesto" Hotel Modelo), siguieron a Múzquiz, Monclova y Cuatro Ciénegas, de donde retornaron a La Laguna, con el objeto de visitar Gómez Palacio y Lerdo, ciudades que únicamente los separaban 15 minutos en tranvía eléctrico; de las cuales Dollero opinó: "Toda aquella región es un gran centro de cultivo de algodón en vasta escala y de la vid en proporciones mas reducidas. Cuando visitamos estos lugares se notaba un cierto malestar y un abatimiento general".
Como Bornetti conocía al agente consular de Italia, doctor Luís Paparelli, a dicho señor fue la primera visita que realizaron los viajeros en Gómez Palacio. Paparelli, fue uno de aquellos "expertos" viticultores que Evaristo Madero, trajo al país en la última década del siglo XIX; durante varios años ejerció su profesión en Parras y en este tiempo estaba asociado con la firma de Lavin y Sucesores. Esa noche fueron invitados a cenar en la casa de Paparelli, en donde "…pasamos varias horas de la grata compañía suya y de su amable familia. Se habló de Italia, de los recientes desastres de Sicilia y de la Calabria y de la parte tomada generosamente por el Gobierno y el pueblo mexicano para atenuarlos daños de esa calamidad…".
Cuenta Dollero que esa noche "Se bebieron en la mesa los exquisitos vinos de la Compañía Vinícola de Noe, a cargo del mismo señor Paparelli. Encontramos muy bueno el Oporto, pero verdaderamente superior a todo elogio el vino tinto "Recuerdos de Medoc"… Después de cenar, la señorita Paparelli, una flor de nuestra tierra acariciada por la brisa encantadora de los trópicos, además de varios trozos de música selecta, tocó el Himno a Garibaldi, la Marcia Reale y el Himno Mexicano, y se acabó la velada brindando por México y por Italia. ¡Que bellas horas! Que lástima que al día siguiente tuviéramos que empezar nuestra vida nómada…".
Sigue diciendo Dollero: "En Gómez Palacio y en Ciudad Lerdo, es imposible no elevar un himno a la colonia española. En cada ramo ocupa el primer lugar; los almacenes principales son españoles, los grandes comercios al mayoreo, son españoles, las vastas e importantes haciendas agrícolas si no son españolas, han sido fundadas por ellos; en fin es una colonia verdaderamente poderosa…". Las calles de Gómez Palacio carecían de pavimento y de acuerdo al Directorio Comercial de Baca y Aguirre, encontramos que para 1906, algunas de sus calles llevaban nombres relacionados con el origen de su fundador; y así llevaban los nombres de Santander, del Sol, Serviago, San Gabriel, Bárcenas, del Escorial, Gómez Palacio, del Retiro, Aedo, Juárez, de Requila, Burgos, Regaso, de Rascón, Ampuero, Tabernilla(o), del Retiro, 2 de Abril. No más de 20 nombres de calles, con casi ningúno de héroes nacionales como se estiló en Torreón.
Dollero encontró que en Gómez Palacio y Lerdo, aparte de la industria vinícola y de los grandes plantíos de algodón, existían: una industria textil y una bonetería de algodón; una gran fábrica de zapatos, varias fábricas que explotan el guayuele, un molino grande de harina, la Compañía Industrial Jabonera de la Laguna, S.A. (La Esperanza), y la fábrica de Dinamita y Explosivos, S.A. La fábrica mas importante de guayule era la del señor Othón Katerfeld, producía un aproximado de 30 toneladas mensuales de goma de guayuele, que tenía mucha demanda en Nueva York y Hamburgo; trabajaban en ella cerca de 80 obreros. Otra empresa que sorprendió a Dollero fue la "Cunard Shoe Co. S.A.", en donde se fabricaban zapatos, de gran acabado y muy elegantes, que aparentaban ser de manufactura extranjera. En dicha fábrica laboraban cerca se 160 obreros. Se manejaban dos marcas de zapatos: la Cunard Shoe y Stone Shoe. La materia prima era traída de los Estado Unidos y se trabajaba en máquinas de vanguardia también norteamericanas. La producción diaria alcanzaba los 500 pares de zapatos.
En ese tiempo los viajeros encontraron que el molino de trigo de la Casa E. Sánchez y Cía., estaba inactivo por la falta de materia prima, debido al mal año que se había tenido en cuanto a la cosechas de trigo, por falta de lluvias. Fueron después a la "Cía. Jabonera de la Laguna, S.A.", que a decir de Dollero, su capital ascendía a cinco millones de pesos y que su director era el señor Juan F. Britingham, a quien apodaban: "el hombre de la Laguna". Escribió Dollero: "La fábrica esta edificada en medio de los árboles y es muy pintoresca; alrededor de ella hay calzadas sombreadas y chalets; todo predispone al "flirt" en ese amenísimo lugar." Una vez en el interior de la factoría, Dollero y sus amigos quedaron impactados por la magnitud de la empresa, que a su decir adquiría toda la semilla de algodón de la región lagunera, para la producción de aceites, glicerina y jabones. Fue para ellos, un ejemplo de empresa de su tiempo, con orden, pulcritud y trabajo.
Dollero y compañeros pernoctaron en un hotel del Gómez Palacio, que de acuerdo a su opinión, la ciudad carecía de "…un buen hotel con un buen restaurante…", que si lo hubiese, tendría magníficos resultados. Durante su estancia en Gómez, los visitantes fueron varias veces a comer y a cenar a Torreón, pero ya no al restaurante de su amigo alemán, sino que lo hicieron en el Hotel Francia, cuyo servicio a la "europea" era aceptable.
Uno de esos días de principios de enero de 1909, Dollero y acompañantes aceptaron una invitación del señor Paparelli, para visitar la Compañía Vinícola de Noe, situada a una hora de recorrido en tren de Gómez Palacio. La marca (etiqueta o membrete) de la citada compañía mostraba a: "Noé de la larga barba que fabrica el vino exprimiendo la uva con las manos y a lo lejos la famosa Arca." Dice Dollero que dicha empresa, formaba parte de la gran Compañía Algodonera e Industrial de la Laguna, S.A., dedicada al cultivo del algodón, de cereales y de forrajes. Allí se cultivaban uvas de diferentes variedades: "…Chianti, Barbera de Piamonte, Mataró, Gros Noir de la Calmette, Alicante, Moscatel, Albillo, Blanco, Free Zagos, West`s White Prolific, Sauvignon, entre otras. Ya en la cantina de la empresa degustaron del Jerez, el Vermouth y el Cognac "glorias de Noé". Agregó Dollero: "Suspendimos la prueba temiendo acabara con sucedernos lo mismo que le había pasado al personaje bíblico".
La fabrica, contaba con maquinaria muy moderna, en donde se utilizaban para el proceso de la destilación, varios alambiques americanos y franceses. Después de aquella visita, el señor Paparelli, acompañó a los visitantes a la fábrica de dinamita, recorrido que hicieron en un coche del anfitrión. En la tarde de aquel día cuando llegaron al lugar en donde estaba establecida la factoría, Dollero narró lo siguiente: "…cuando entramos a la cuenca en donde está situada la fábrica. Parecía otra "bolgia" del infierno Dantesco. Alrededor, montañas de formas y matices diferentes; acá se asomaban rocas negras y tétricas, allá una cresta recortada como encaje y ligeramente azulosa, mas adelante un cerro que dejaba ver una cantera de mármol blanco apenas empezada a explotar y después otras rocas verdes por los líquenes… La Compañía Nacional Mex. de Dinamita y Explosivos S.A., esta formada en su mayor parte de capitales franceses…".
En dicha factoría Dollero y acompañantes fueron recibidos por su director general el señor Augusto Genin, quien además de hombre de negocios era literato y poeta. Los viajeros ya estaban enterados de que las visitas a dicha factoría, por motivos de seguridad estaban totalmente restringidas, sin embargo mediante una serie de argucias, Dollero y Bornetti aprovecharon que en ella trabajaban un buen número de técnicos italianos y lograron colarse hasta la zona de producción de los cartuchos de dinamita. Para ello su compañero Vaucresson, mediante acuerdos previos como parte del plan, había entretenido al señor Genin, para que sus amigos consiguieran el fin propuesto. La fábrica producía cerca de 150,000 cajas de dinamita al año, allí trabajaban 450 personas, entre las que había 63 italianos. Ese mimo día, ya noche regresaron los visitantes a Noé, y después de despedirse de su anfitrión Paparelli, tomaron el tren para Mapimí, "…en un tren que parecía un juguete; los vagones eran pequeños e incómodos, y en ellos el público estaba amontonado sin compasión en una semi-obscuridad. De vez en cuando una sacudida brusca o parada improvisada lanzaba a los pasajeros unos encima de otros…".
Sobre el pueblo, Dollero, expresó: "Mapimí tiene mucha importancia por sus minas; como ciudad nada tiene de bonito. Además hay muchísimo polvo…Encontramos un hotel con las sábanas limpias; el Hotel Monterrey… Confundían siempre la denominación de blancas con la de limpias. La principal compañía que en Mapimi se dedica a explotar minas con espléndidos resultados es la Cía. Minera de Peñoles, S.A. En las (minas) de esta compañía abunda mucho el plomo y la plata y hay poco oro. La fundición es lo mas digno de mencionarse; trabajan en ella 1200 obreros… En Ojuela a ocho kilómetros de Mapimí están las minas de la sociedad; se ha formado allí una verdadera ciudad de casi 6,000 habitantes, de los cuales 2,500 aproximadamente trabajan debajo de la tierra. Un puente colgante, pequeño Brooklin bridge, une las dos montañas con un magnífico efecto y desde allá arriba se ve Mapimí, que desde lejos ofrece mucho mayores atractivos que de cerca. La Compañía posee también su hospital, su casino, una planta de luz eléctrica y además el famoso trenecito que se menea".
Aquí terminó la visita de Dollero, Bornetti y Vaucresson a la Región Lagunera. Otro día dejaron Mapimí y se fueron a Sierra Mojada, en el estado de Coahuila. Su recorrido por los diversos puntos de la República Mexicana, se extendió por cerca de 20 meses más. En agosto de 1910, se entrevistaron con el presidente Porfirio Díaz en el Castillo de Chapultepec y allí trataron temas de muy diversa índole, y al despedirse, "…el señor General Díaz, irguiendo su arrogante persona, siempre marcial a pesar de los 81 años, me despidió con un enérgico apretón de manos y diciéndome cortésmente: Espero que no será la última vez que le estreche la mano, señor Dollero, y según la costumbre del país, añadió por último: Usted sabe que tiene en mi un amigo y un servidor".
Dos días mas tarde Vaucresson y su novia Luz, contrajeron matrimonio en la capital mexicana. El matrimonio civil fue en la casa de la novia y el religioso en una capilla particular. Ese mismo día los recién casado tomaron un tren hacia los Estados Unidos y Dollero y Bornetti otro con rumbo a Veracruz. "Debíamos volvernos a ver en Europa", concluyó Dollero.
Dollero termina sus notas diciendo: "Era el 12 de agosto de 1910. Minutos antes de que el vapor zarpara, observamos sobre el puente un grupo de señoritas que se despedían de una familia que salía. Nos parecía reconocer una de ellas… era la señorita que habíamos conocido en Toluca… Presentamos nuestros respetos a su señora madre y a ella. Al darnos la mano con afabilidad nos dijo una vez más: No olviden que yo leeré su libro… Hubiéramos estado solos sin un saludo ni un adiós, pero después del encuentro inesperado con la señorita, nos parecía que en los adioses y en los pañuelos que ondeaban hubiera también para nosotros una pequeña parte de un pensamiento y fuimos contentos… ¡Adiós, Adiós!
En sus cortas conclusiones, Dollero nunca creyó que en México se estuviera fraguando un levantamiento armado; y menos que al cabo de tres meses se llevaría a cabo aquel suceso inesperado, que costarían a México un sinnúmero de victimas.
Fuentes
*.-Dollero Adolfo. "México al Día". (Impresiones y Notas de Viaje). Librería de la Vda. de C. Bouret. París. México. 1911
*.-Baca y Aguirre. Directorio Comercial e Industrial de la Laguna. 1905-1906. Segunda Edición. Grupo Colorama. Torreón, Coah. 2006.