La afición de Pachuca aguantó las inclemencias del tiempo y no dejó de apoyar a los juveniles mexicanos ayer en el Estadio Hidalgo, donde se consiguió el boleto a los cuartos de final del Mundial Sub-17. La lluvia no frena al Tricolor Sub-17
Pachuca, Hgo. - Calles inundadas, incesante e intimidante lluvia, que parecía diluvio en la ciudad. La tormenta tropical "Arlene" amenazó con suspender la jornada de este jueves de octavos de final de la Copa del Mundo Sub-17 en el Estadio Hidalgo. Al final, para beneplácito de los amantes del deporte, ganó el futbol.
Nerviosismo en el personal de FIFA. "Mañana va a estar peor el clima. Nosotros queremos que se juegue"... Y se jugó porque el balón finalmente pudo rodar en la cancha.
Los personajes del organismo rector del balompié mundial dieron un suspiro cuando no vieron encharcamientos, ni pequeñas lagunas en el césped. Tuvieron un agradecimiento infinito al drenaje del coso hidaguense y de inmediato dieron luz verde para que el espectáculo continuara.
Era tal la tensión en el comité organizador por saber si habría saque inicial en los duelos de Argentina-Inglaterra y México-Panamá, que horas antes de la crucial decisión no se aventuraban a decir nada, corrían desesperados de un lugar a otro sin encontrar explicaciones.
"No... Vamos a esperar hasta lo último, no queremos decir ninguna tontería al respecto. Ya se verá con los árbitros", contestaban acerca del posible aplazamiento de los partidos.
Desde muy temprano, quizá días atrás, las precipitaciones avisaron que no se perderían los duelos de este día en el Hidalgo. Horas y horas pasaban, la lluvia no se iba y "Arlene" golpeó nuestro país para intensificarla, para convertirse en una fuerte amenaza.
Poca gente en las calles, menos aún en los alrededores del estadio, previo al juego entre argentinos e ingleses. Paraguas, guantes, chamarras y bufandas se notaban por doquier. El color tricolor de los fans locales se perdió entre el verde, azul y amarillo impermeable. Lo importante era protegerse del agua.
Los revendedores no aparecían afuera de las taquillas. Algunos aficionados esperaron en sus autos para que abrieran las taquillas y poder entonces recoger los boletos apartados. Varios formados para entrar con la queja de las gotas de agua que el meteoro se encargó de hacerlas incontables. Por si fuera poco, viento frío que cortaba la piel a los presentes en Pachuca. Difícil clima que sólo la belleza y la intensidad del futbol permitió soportar.
Aún con el diluvio bíblico en la Bella Airosa, hubo valientes que se atrevieron a sentarse en las butacas del mojado recinto. Como 2 mil 500 personas le gritaron de todo a los argentinos con los ya clásicos gritos al portero sudamericano cada vez que despejaba y los abucheos a cada ataque de la albiceleste.
Vino el local y fue una fiesta; entonces todo cambió. El estadio lleno, la gente alegre de ver a su selección Sub-17 por primera vez en una justa mundialista. Todo dispuesto para disfrutarla.
El "¡México, México!" fue acompañado por "Arlene". Los partidos se jugaron muy a pesar del asedio de las inclemencias del tiempo. No importó. Fue el día en que el futbol derrotó a la tormenta.