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La mano dura

Gran angular

RAÚL RODRÍGUEZ CORTÉS

La tendencia a endurecerse del gobierno de Felipe Calderón no sólo se aprecia en la aún congelada nueva Ley de Seguridad Nacional que permitiría imponer -sin la aprobación del Congreso, exigida por la Constitución- un estado de excepción (de perturbación del orden, le llama) que anule garantías individuales y legitime el despliegue de las fuerzas armadas.

También se dejó ver el jueves pasado en la iniciativa de reforma al Código Federal de Procedimientos Penales que fue enviada a los legisladores desde Los Pinos.

Son medidas duras y peligrosas. Si no, juzgue usted: Autoriza detenciones en "casos de urgencia" (interpretación libre) mediante un sistema de "investigación sin autorización judicial" que incluye, con la creación de un cuerpo de "agentes infiltrados", el cateo de domicilios por denuncia anónima, la revisión y grabación de personas y vehículos, y el uso de llamadas telefónicas entre particulares.

Se puede entender que la situación de la inseguridad y la ofensiva de la delincuencia organizada ameritan medidas enérgicas pero que, en cualquier caso, deben ser excepcionales y mediante mecanismos que reduzcan al mínimo la vulnerabilidad de la gente frente a eventuales excesos de la autoridad. Ya han sido muchos los casos de abusos documentados en el transcurso de la guerra contra el narcotráfico y el más reciente (que incluso dio lugar a una enérgica protesta de la diputación del PRI), fue el allanamiento que infantes de Marina hicieron en el domicilio del también legislador federal Eduardo Bailey Elizondo en la ciudad de Monterrey.

La diputación panista, a través de legisladores como el propio Javier Corral, defiende las iniciativas de marras, sobre todo la de la Ley de Seguridad Nacional, con el argumento de que tal normatividad lo que pretende es armonizar los derechos humanos con la presencia de las Fuerzas Armadas en las calles y acabar con la impunidad. ¿Cómo, dónde, qué es lo que ven ellos que los demás no alcanzamos a ver? No se puede pretender hacer valer la legalidad con la ilegalidad. Justamente fue eso lo que ocurrió durante la "guerra sucia" de la década de los 70 y 80.

INSTANTÁNEAS

1. COALICIÓN.

La tarde del pasado 15 de septiembre tuvieron una larga sobremesa los diputados Javier Corral del PAN y Armando Ríos Píter del PRD, así como los excandidatos al gobierno de Hidalgo: la panista Xóchitl Gálvez y al gobierno de Nayarit, el perredista Guadalupe Acosta Naranjo. El principal tema de conversación -nos cuentan- fue la necesidad de promover la construcción de un gobierno de coalición. Todos ellos han dado muestras claras de su proclividad y la de sus jefes (a saber Felipe Calderón, Marcelo Ebrard y Jesús Ortega) a por lo menos las candidaturas aliancistas, recurso con el que desde Los Pinos se evitó el año pasado que la debacle electoral panista y perredista también llevara a perder estados como Oaxaca, Puebla y Sinaloa. Lo que ninguno de los presentes se atreve a confirmar es de quién hablaron como posible candidato presidencial de coalición. ¿Apoyaría la fracción aliancista del PRD la candidatura de Ernesto Cordero? Se antoja imposible. Es más, difícilmente lo haría con la también panista Josefina Vázquez Mota? En sentido contrario: ¿apoyaría el PAN la candidatura presidencial de Marcelo Ebrard? Se ve difícil, pero es mas factible que las anteriores dos posibilidades. Es más, ese es el escenario al que le apuesta Ebrard, lo que confirman los planteamientos hechos por su mentor y amigo Manuel Camacho Solís, en el sentido de que sólo un gobierno de coalición (con Ebrard al frente, por supuesto) permitiría conjurar la confrontación que se avecina para 2012, conformar una nueva mayoría legislativa que ayude a gobernar y construir un frente sólido y común contra el grave problema de la inseguridad.

 2. RUMOR. Circula profusamente, en el contexto antes descrito, la especie de que Felipe Calderón impondrá como candidato del PAN a Ernesto Cordero sobre los mejor posicionados hasta ahora Josefina Vázquez Mota y Santiago Creel. Pero que lo hará para obligarlo después a declinar en favor de una candidatura que garantice un gobierno de coalición. El candidato de esa opción, dice el rumor, sería Ebrard. ¿Le parece descabellado?

 3. RESPUESTAS. Por el lado tricolor tampoco se soslaya el tema de las alianzas o, más aún, de un gobierno de coalición. Es obvio que con las encuestas que tanto lo favorecen, el tema ni siquiera forma parte de la agenda del exgobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto. El que insiste en explorar la idea de un gobierno de coalición es Manlio Fabio Beltrones, y sí, adivinó usted, él lo encabezaría.

(rrodriguezangular@hotmail.com) (Twitter:@RaulRodríguezC).

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