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La menos mala

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

En medio del fragor electoral que se vive en estos días en Coahuila, los equipos de campaña de Guillermo Anaya primero, y Rubén Moreira en respuesta, han echado mano del recurso de ventilar a la luz pública los trapitos sucios de las presuntas corruptelas en las que han incidido individuos que colaboran en sus equipos de trabajo o incluso ellos mismos.

La primera de impacto fue la denuncia del exdirector de Administración del Gobierno de Coahuila y actual administrador del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Vicente Chaires Yáñez, quien fue señalado por haber tenido una carrera empresarial fulgurante a la par de acompañar al gobernador con licencia, actual presidente nacional del propio PRI y hermano del candidato puntero en las encuestas, Humberto Moreira.

La acusación se basa principalmente en que Chaires Yáñez se convirtió en un próspero empresario de la comunicación al adquirir en sociedad cuatro estaciones de radio y un canal de televisión en las ciudades de Piedras Negras, Acuña y Saltillo. Este conglomerado lleva por nombre Súper Medios de Coahuila.

Abonado a eso, también se le señaló como propietario de negocios inmobiliarios en San Antonio, Texas, la primera compañía de bienes raíces fue fundada en 2007, denominada Vicap Global Investments, a la que se le unió un par de empresas del mismo giro, también ubicadas en los Estados Unidos.

Cuando se dio a conocer esta información, el PRI naturalmente respondió diciendo que eso se trataba de la clásica "guerra sucia", pero no hizo gran énfasis en desmentir lo informado.

Lo más preocupante de este caso en particular, es que Chaires de 34 años de edad, quien fue capaz en tan breve espacio de hacerse de todos estos negocios y que desde los inicios de su vida profesional ha sido cercano colaborador del profesor Moreira, sencillamente ha desaparecido públicamente, y su puesto ha sido borrado de los organigramas donde aparecía.

La estrategia es achacar todo este marasmo que parece imposible de explicar, aduciendo que se trata de temas electorales - que ciertamente también lo son- pero el desvanecimiento de su persona ante la opinión pública, obvio genera suspicacias.

Pero no tardó tanto en que surgiera el revire. Por el mismo medio de comunicación, se publicó que el senador Guillermo Anaya, candidato del PAN también a la gubernatura, posee un rancho de agostadero de casi cinco mil hectáreas de superficie, ubicado en el norte del estado de Durango, y que tiene un precio que puede oscilar entre los ocho y doce millones de pesos, según declaraciones de integrantes del medio ganadero.

En este caso, Anaya dio la cara y dijo que el rancho está a nombre de su mujer - como lo está- y que él no esconde nada y que se hizo de tal propiedad mediante el fruto de 15 años que tiene de trabajo en su despacho de abogado.

Desde hace tiempo era conocido que Anaya tenía ese predio rural, también se sabía a quiénes se lo había comprado. De hecho, en los círculos ganaderos, se decía que su suegro era en parte propietario, quién sabe con qué objetivo.

El caso es que el monto de la inversión es algo así como su sueldo acumulado de diputado local, diputado federal, alcalde, si éste hubiese sido destinado sólo al pago del rancho. Sus emolumentos como senador -que son muy considerables- vinieron después, porque la propiedad fue adquirida ya hace algunos años. Eso de que alternó su vida de abogado postulante con la de político es difícil de creer, Anaya debe tener alrededor de 20 años de recibido (pocos más, pocos menos) y lleva ocupando cargos de elección popular trece años. Tendrá el don de la bilocación.

El caso de todo esto -que queda de manifiesto- es que en el equipo priista no son tan populares y sociales como se pensaba; está este claro caso de Chaires y a lo mejor parte de la inmensa deuda del estado de Coahuila anda rondando en estas cosas, pero por otro lado, lo de Anaya es un ejemplo más de que los panistas desde hace mucho dejaron de ser "los decentes" porque es difícil de creer tal cual la versión de que es fruto de su trabajo honesto la consecución de ese rancho.

Al final el drama es para los ciudadanos de a pie, que llegaremos a las urnas el próximo tres de julio con la sensación de que no sabremos cuál será la mejor opción, sino la menos mala.

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