Buffalo 66, 1998.
Tras una impactante aparición en la industria del cine que la convirtió en su momento en rutilante estrella infantil, Christina Ricci ha logrado construir a base de talento y paciencia un currículum actoral en el que predominan los personajes oscuros, raros y problemáticos.
Creo que la principal razón por la que la mayoría de los niños estrella no consiguen dar el salto hacia otra clase de papel es porque resulta difícil ver a alguien que ha sido una monada y que de repente encarna personajes de mucha más profundidad. Imagino que yo he tenido suerte porque cuando era pequeña, nadie pensaba que era una monada.
Christina Ricci
Nacida en un ambiente liberal en los suburbios de Santa Mónica, California, Christina Ricci Bryd mostró desde temprana edad su vocación actoral. Tenía cinco años cuando su familia cambió de residencia a la Costa Este, estableciéndose en Nueva Jersey. Gracias a su desempeño en la obra de teatro escolar Los doce días de Navidad capturó la atención del crítico cinematográfico Scoth Brolling, quien al ver el desenvolvimiento de la niña de ocho años recomendó a los Ricci mudarse a Nueva York, a fin de que la pequeña encontrara contextos más favorables para su desarrollo artístico. Luego de aceptar el consejo la familia se trasladó a la Gran Manzana en donde la joven promesa estudió actuación en la Manhattan’s Professional Children’s School, aunque su permanencia fue efímera pues retomó sus estudios de primaria y se preparó en la actuación con profesores particulares.
Tras conseguir trabajo en varios anuncios para la televisión y en algunos capítulos de la serie H.E.L.P., Christina debutó para la industria cinematográfica en 1990 con la comedia romántica Sirenas (Mermaids, Richard Benjamin). Un año después obtuvo un breve papel en la comedia de acción Duro de aguantar (The Hard Way, John Badham, 1991) junto a Michael J. Fox y también logró el reconocimiento popular luego de su participación en la cinta La familia Addams (The Addams Family, Barry Sonnenfeld, 1991) en donde su interpretación de Merlina Addams como una chica retraída, sarcástica, mordaz y de aspecto siniestro la marcaría de manera definitiva.
Con Casper (Brad Silberling, 1995) Ricci consolidó su posición de estrella infantil. Al mismo tiempo, la fama traía problemas a su vida personal, ya que aparte de enfrentar la separación de sus padres desarrolló desórdenes alimenticios que la llevaron a ser anoréxica. Sobre el particular, la actriz nacida el 12 de febrero de 1980 comentó en alguna ocasión: “Durante años me odié. Cubrí todos los espejos que había en mi casa. No soportaba tener uno en mi habitación. Aun ahora, aunque ya lo he superado, me pone un poco paranoica ver mi reflejo cuando estoy en un restaurante”.
Por otro lado, también en 1995 su participación en la película Cazadores de aventuras (Gold Diggers: The Secrets of Bear Mountain, Kevin James Dobson) le significó ser reconocida como la estrella del año por la Sociedad de Prensa del Espectáculo de Hollywood, a la vez que la Asociación de Dueños de Teatro de Estados Unidos le otorgó el premio a la Estrella del Mañana del Este.
DE NIÑA A MUJER
Con el filme La tormenta de hielo (The Ice Storm, Ang Lee, 1997) Christina logró su transición hacia un público adulto e inició una etapa en la que intervendría en roles más demandantes y complejos. En esta vertiente y a pesar de tratarse de una comedia, en Pecker (1998), del polémico y transgresor John Waters, el talento y desenvolvimiento escénico natural de la californiana contribuyeron en el resultado final de una cinta que además de cumplir con su propósito invita a la reflexión.
En 1998 protagonizó Buffalo ‘66 (Vincent Gallo) en la cual personifica a una introvertida joven raptada por un ex convicto, quien la obliga a hacerse pasar por su esposa ante los ojos de sus padres. Mientras que en la comedia dramática Lo opuesto del sexo (The Opposite of Sex, Don Ross, 1998) explota su lado sensual y brinda una actuación sobresaliente, consiguiendo la atención de la crítica especializada y varios premios, así como una nominación al Globo de Oro a la mejor actriz.
Luego de participar con un pequeño papel en la alucinante Fear and Loathing in Las Vegas (Terry Gilliam, 1998), Christina se integró al elenco de La leyenda del jinete sin cabeza (Sleepy Hollow, Tim Burton, 1999), inquietante aproximación al clásico de Washington Irving, con una réplica actoral de Johnny Depp que la convierte en una película imprescindible y en donde se muestra en todo su esplendor el espíritu creativo y libre de una actriz que plasma aplomo y madurez histriónica en la pantalla.
Nación Prozac (Prozac Nation, Erick Skjoldbaerg, 2001) fue la ocasión para que Ricci se desnudara por vez primera en el celuloide e interpretara a una atribulada joven con diversos problemas de adaptación que cae en depresión. Mientras que en Muero por ti (Anything Else, Woody Allen, 2003) la vemos como una chica conflictiva y una neurótica actriz.
Christina volvió a dar de qué hablar por su rol en Monster (Patty Jenkins, 2003), dando vida a una insensible lesbiana que se enreda con una prostituta y asesina serial (Charlize Theron). A partir de entonces Ricci se alejó de las grandes producciones hollywoodenses y ha permanecido en el ámbito del cine independiente. Muestra de ello es El lamento de la serpiente negra (Black Snake Moan, Craig Brewer, 2006), drama en el que encarna a Rae, una ninfómana que trata de enterrar sus recuerdos de abuso infantil teniendo relaciones con cuanto hombre se le atraviesa.
En otros ámbitos Ricci -quien tiene como sus músicos preferidos a Red Hot Chili Peppers, The Ramones y R.E.M.-, ha seguido interviniendo en proyectos de televisión con apariciones en varias series (Ally McBeal, Grey’s Anatomy y otras). A finales de 2010 debutó en Broadway al sustituir a Alicia Silverstone en la puesta Time Stands Still, junto a Laura Linney y Brian d’Arcy James. La obra -autoría de Donald Margulies- se presentó en el escenario del Cort Theatre y tuvo gran éxito y críticas favorables hacia los protagonistas, desde su estreno y hasta el fin de temporada el pasado enero. Asimismo, la actriz fundó hace unos años la propia compañía productora Blaspheme Films, la cual ha rodado varias películas, entre ellas Pumpkin (Adam Lars Broder y Tony R. Abrams, 2002).
Indiscutible reina del cine indie, sus amplias posibilidades histriónicas volcadas en personajes conflictivos y nada convencionales, de talante casi siempre depresivo, la convierten en la princesita dark del séptimo arte contemporáneo.
Correo-e: ladoscuro73@yahoo.com.mx
FILMOGRAFÍA SELECCIONADA
-Sirenas (Mermaids, Richard Benjamin, 1990)
-La familia Addams (The Addams Family, Barry Sonnenfeld, 1991)
-Casper (Brad Silberling, 1995)
-Buffalo ‘66 (Vincent Gallo, 1998)
-Lo opuesto del sexo (The Opposite of Sex, Don Ross, 1998)
-Fear and Loathing in Las Vegas (Terry Gilliam, 1998)
-La leyenda del jinete sin cabeza (Sleepy Hollow, Tim Burton, 1999)
-Nación Prozac (Prozac Nation, Erick Skjoldbaerg, 2001)
-Monster (Patty Jenkins, 2003)
-Muero por ti (Anything Else, Woody Allen, 2003)
-La marca de la bestia (Cursed, Wes Craven, 2005)
- El lamento de la serpiente negra (Black Snake Moan, Craig Brewer, 2006)