El divorcio es un tema que en los últimos años se ha acrecentado y al que, sobre todo las mujeres, le han perdido el miedo y se han disminuido los prejuicios hacia él, sobre todo cuando se presenta una situación de pareja difícil o imposible de sobrellevar, como es el caso de la violencia.
La Procuraduría de la Defensa de la Mujer en Gómez Palacio apoya y asesora a las mujeres que buscan conseguir la disolución del vínculo matrimonial y explican cuáles son las causales y qué hacer en ciertos casos.
EL DIVORCIO COMO ASUNTO LEGAL
El divorcio es el acto que disuelve el matrimonio y deja a los cónyuges en aptitud de contraer otro. Existen dos tipos de divorcio, el voluntario y el necesario.
El voluntario, como su nombre lo indica, es aquel en que los esposos están de acuerdo en divorciarse y se contempla como de mutuo consentimiento.
Por otra parte, el divorcio necesario es quel que solicita uno de los cónyuges con base en alguna de las causales, las cuales son muy diversas y van desde la infidelidad de uno de los cónyuges, abandono del hogar o las responsabilidades, actos inmorales, cometer delitos, procrear hijos de otras personas, hasta la violencia, que es una de las principales causas de fracturas familiares en México, aunque para las mujeres ha sido culturalmente difícil tomar decisiones como separarse de sus parejas, exigir un divorcio y denunciar el maltrato.
DIVORCIO POR VIOLENCIA
Una de las causales para el divorcio son las amenazas o injurias, así como conductas de violencia familiar cometidas por uno de los cónyuges contra el otro, al igual que hacia los hijos de ambos, de alguno de ellos o de ambos.
Y por otra parte, también cuando existe la incitación o la violencia física, así como emocional o psicológica, hecha de uno de los miembros de la pareja, hacia el otro para cometer algún delito o acto en contra de su voluntad que atente contra la integridad y desarrollo de su persona, también son tomados como motivo de separación.