A juicio. Kristinn Hrafnsson (der.), vocero deWikileaks, acompaña a JulianAssange y a su abogada a una audiencia judicial en Londres en febrero pasado. Assange enfrenta un juicio de extradición a Suecia, donde es acusado de violación. (EFE)
Hace un año, en abril de 2010, en un cuarto de hotel en Tonsberg, una pequeña ciudad del sur de Noruega, Julian Assange yDavid Leigh iniciaron una de las alianzas más impactantes del periodismo moderno, que habría de capturar la atención mundial. Assange, el entonces desconocido fundador de Wikileaks, abrió su computadora frente a Leigh, editor de investigaciones del diario británico The Guardian, y le mostró el video de soldados estadounidenses disparando contra civiles, incluyendo dos periodistas, en Irak.
El caso “Apache” (por el tipo de helicóptero en el video) expuso los métodos usados por el Ejército de Estados Unidos en Irak, puso a Wikileaks en el mapa y puso la mesa para una colaboración sin precedentes con publicaciones internacionales. En los meses siguientes no sólo quedaron al desnudo las estrategias de guerra y diplomacia de Estados Unidos, sino detalles desconocidos sobre gobiernos de todo el mundo. “Ha sido un año muy turbulento”, me dijo Kristinn Hrafnsson, vocero deWikileaks, en el mismo hotel donde empezó todo.
Tras el arresto de Assange, acusado de violación en Suecia, Hrafnsson, uno de sus principales colaboradores, se ha convertido en la cara más visible de laWikileaks. Invitados a la misma conferencia sobre periodismo internacional, busqué al ex reportero originario de Islandia para platicar sobre el ascenso de la organización en la escena mundial. En un año, Wikileaks se convirtió en nombre común, Assange es una celebridad global, las revelaciones han provocado alzamientos populares en el mundo árabe y el mundo se ha dado cuenta del poder de la información.
“Estas no son revoluciones de Facebook o Twitter, o ni siquieraWikileaks. Es un cambio basado en el poder de la información y un recordatorio de la importancia de la libertad de información”, dice Hrafnsson. Al video del “Apache” siguió una alianza de Wikileaks con The Guardian para revelar reportes secretos del Ejército de Estados Unidos sobre las guerras de Afganistán e Irak que exhibieron actos de tortura y asesinatos de civiles en una escala mayor de la que el gobierno estadounidense estaba dispuesto a reconocer.
Finalmente, la alianza se extendió a otros medios como The New York Times, la revista alemana Der Spiegel y los diarios El País de España y LeMonde de Francia. Ahí se revelaron miles de cables diplomáticos de Estados Unidos que mostraron realidades antes desconocidas en decenas de países, pusieron la mesa para revoluciones en Túnez, Egipto, Libia, Bahrein, Yemen y Siria, y provocaron conflictos de Estados Unidos con sus aliados, entre ellos México.
“El embajador de Estados Unidos en México fue la primera víctima de los cables”, dice Hrafnsson sobre la renuncia de Carlos Pascual. Hrafnsson anticipa más meses de vida para el llamado “Cablegate”. “Pensábamos que las principales noticias ya habían sido expuestas, pero es una cantidad tremenda de información y vimos que los medios no han podido publicarla toda”. Hrafnsson admite que los cables no exhibieron conspiraciones o atrocidades cometidas por Estados Unidos, como muchos esperaban.
Incluso en el caso de México, donde los cables se enfocan a la guerra contra el narcotráfico, los cables fueron polémicos por las opiniones del embajador Pascual sobre la guerra contra el narcotráfico pero no contienen revelaciones explosivas.
“No todo es exhibir corrupción, es sobre cómo responden los países a la información”, dice. “Nuestro papel es atacar el secreto. Creemos que el secreto es dañino y que aumenta la corrupción. La transparencia es sana para la democracia y el buen gobierno”.
ASSANGE Y SUS SOCIOS Luego de que Assange enseñara al Leigh el video del “Apache”, el periodista británico se convenció de que el “hacker” australiano era un personaje que tenía que seguir.
“El video era impresionante”, dice Leigh, también participante de la misma. Durante meses le siguió la pista a Assange, quien se convenció de que necesitaba medios establecidos para maximizar el impacto de sus revelaciones, pues mientras el video “Apache” había causado revuelo, pocos lo asociaban con Wikileaks.
Assange negoció con The Guardian, The New York Times y Der Spiegel y les prometió tres paquetes. Tras meses de negociación y de revisión de los materiales, los diarios de Afganistán aparecieron en julio de 2010, los de Irak en octubre y los cables diplomáticos en noviembre, luego de la llegada de El País y LeMonde al proyecto.
Sin embargo, las alianzas de Wikileaks quedaron destrozadas. Assange reaccionó furioso a un perfil publicado en The New York Times que describía su estilo “dictatorial y caprichoso” para manejar su organización. Con The Guardian rompió por una paradoja que no escapó a nadie: promotor de las filtraciones, montó en cólera cuando el diario británico publicó el reporte policiaco que lo acusa de violación en Suecia, lo cual fue otro escándalo en sí mismo.
A un año de que forjaran una colaboración que causó impacto mundial, la relación entre Wikileaks y The Guardian está destrozada. En la conferencia de Noruega, Hrafnsson y Leigh pasaron de debatir los méritos de la transparencia a acusarse mutuamente de “hipócritas”, “irresponsables” y “fascistas”.
Leigh dice que buscaron tener cuidado en sus tratos con Assange, descrito como una persona volátil y propensa a los cambios de humor. Pero, sobre todo, “porque Julian es un ‘hacker’ y ellos tienen una ideología que dice que pueden obtener los datos de todo mundo y la verdad será revelada. Pero los adultos sabemos que el mundo no funciona así”.
“Los ‘hackers’ quieren sacar todo, pero los periodistas creemos no sólo en la libertad de expresión, sino también en el contexto, el orden, el entendimiento de los hechos y el manejo de información delicada”, añade.
Con Assange bajo arresto domiciliario en Londres en juicio de extradición a Suecia, Hrafnsson es renuente a decir si Wikileaks debe trascender a su fundador. “El juicio no está resuelto, pero nosotros seguimos nuestro camino y construimos una organización más robusta. Somos más resistentes y mejor preparados para enfrentar tareas mayores en el futuro”, dice.
Wikileaks sí trascendió sus alianzas originales y estableció colaboraciones con otros diarios en Inglaterra, Estados Unidos y unos 30 países.
Sin embargo, la cobertura deWikileaks ya no es tan favorable. Hrafnsson señala un estudio sobre la publicación de los cables en Estados Unidos según el cual la palabra más frecuente fue “Irak”, pero las otras más mencionadas fueron “violación” y “acoso”. Es decir, referencias directas sobre Assange y no sobre el contenido de los cables.
MOTOR DE REVOLUCIONES Para el periodista, que se unió aWikileaks en 2010, el principal impacto histórico de los cables del Departamento de Estado son los alzamientos en Medio Oriente y el norte de África.
“Al principio no queríamos adjudicarnos crédito por los eventos de Túnez”, dice Hrafnsson sobre el primer alzamiento en el mundo árabe, en diciembre de 2010, que llevó a la renuncia del presidente del país luego de que sus actos de corrupción y nepotismo quedaran al descubierto en los cables.
“Pero después de hablar con periodistas y activistas, estoy seguro del hecho de que los cables, difundidos por redes sociales, alimentaron la revuelta”, dice. “Y fue un efecto dominó pues siguieron los cables de Egipto y Libia y luego Siria, Yemen y Bahrein. Los cables fueron el catalizador”, añade y compara estas revoluciones con la caída del Muro de Berlín hace 21 años.
“No podemos adjudicarnos el crédito, pero sí jugamos un papel importante, en el contexto de la era electrónica que vivimos”, dice Hrafnsson. En la conferencia de Noruega, Hrafnsson anticipó una nueva revelación. No la quiso describir como algo “revolucionario” porque dice que “el mundo es muy lento para cambiar”. Pero asegura que “la información que viene es muy valiosa y debe ser del dominio público”.
La especulación arreció y las hipótesis van desde archivos secretos de bancos sobre la crisis financiera de 2008 hasta las condiciones de los presuntos terroristas detenidos por Estados Unidos en Guantánamo.
UNA COMUNIDAD GLOBAL Wikileaks no tiene paradero conocido. Hrafnsson dice que trabajan desde donde lo necesiten y, por ser una comunidad global, puede ser desde cualquier lugar del mundo con acceso a Internet. Sus servidores y “sitios espejo” están diseminados en decenas de países.
Mientras Wikileaks prepara su siguiente revelación, el debate continúa sobre la necesidad de la transparencia y la colaboración entre sitios de Internet y los medios tradicionales para difundir materiales secretos.
Uno de los principales conflictos entre Assange y sus socios era la revelación de las fuentes que aparecían en los reportes militares y los cables diplomáticos. Los medios tradicionales argumentaban que era necesario borrar los nombres de personas cuya vida pudiera estar en peligro por haber aportado información delicada, pero Assange se resistía al insistir que toda la información debía exponerse.
Al final imperó la prudencia y porciones de cables fueron censuradas para proteger a los informantes. Pero ninguno de los periodistas que trabajaron sobre estos materiales en 2010 podía negar el valor que la información tenía para el público en decenas de países, que se enteraría de detalles desconocidos sobre sus propios gobiernos o instituciones.
Hrafnsson, periodista tradicional que trabajaba para la televisión de Islandia, decidió pasarse a Wikileaks luego de que Assange reveló documentos internos de un banco sobre la crisis financiera en ese país que se convirtieron en un escándalo porque ningún medio local había podido conseguirlos. “Esto enfocó mi atención hacia el poder de la información. Conocí a Julian y me uní a la organización”, cuenta.
Leigh dice que él tomó conciencia de la importancia de Wikileaks al ver el video “Apache”. “Demostró que en la era del Internet las enormes bases de datos que son creadas van a ser filtradas en maneras que no se pueden censurar”, dice.
En esto coincide Hrafnsson. “Para los gobiernos es muy difícil cerrarse. Tienen que mantener el flujo de datos y al final siempre hay una grieta por donde se filtra información”, dice. “Esto no es sobreWikileaks o Assange, sino sobre una idea donde la información se pasa en plataformas seguras que están siendo creadas para exponer actos de corrupción o abuso”.
Para Hrafnsson el papel deWikileaks para el periodismo es crucial. “Es una fuerza que ha revitalizado el periodismo mundial”.
Un año de revelaciones
Secretos abiertos por Wikileaks en el último año:
-5 de abril de 2010: El video “Apache” muestra cómo soldados de EU, desde un helicóptero, mataron a civiles, incluyendo dos periodistas, en Irak, en 2007.
-25 de julio de 2010: 92, 000 documentos llamados “Diarios de Guerra de Afganistán” detallan cómo soldados de EU mataron a cientos de civiles y ocultaron los hechos.
-22 de octubre de 2010: En 400, 000 documentos, los “Diarios de Guerra de Irak” detallan casos de tortura cometidos y ocultados por el Ejército de EU.
-28 de noviembre de 2010: Más de 250, 000 cables diplomáticos de EU revelan detalles desconocidos sobre gobiernos de decenas de países. Los cables contribuyeron a rebeliones en países como Túnez, Egipto, Libia, Yemen y
-Diciembre de 2010: Decenas de cables revelan opiniones de diplomáticos de EU en México sobre la guerra contra el narcotráfico. Los documentos detallan falta de coordinación entre militares y policías y califican de manera negativa la labor del gobierno mexicano contra el narco.
-Diciembre de 2010: El gobierno de Suecia emite una orden de arresto contra Julian Assange, fundador de Wikileaks, que fue acusado de violación por dos mujeres en ese país. Assange se entrega en Londres para iniciar un juicio de extradición.
-19 de marzo de 2011: El embajador de EU en México, Carlos Pascual, se convierte en el primer diplomático estadounidense en renunciar a raíz de las revelaciones contenidas en los cables de Wikileaks, en medio de tensiones con el presidente Felipe Calderón.
“No son revoluciones de Facebook o Twitter, o ni siquiera deWikileaks. Es un cambio basado en el poder de la información”.
KRISTINN HRAFNSSON, Vocero de Wikileaks