El lunes pasado los Yaquis de Ciudad Obregón, en representación de México, conquistaron en Mayagüez, Puerto Rico, el título de la Serie del Caribe de beisbol, torneo anual en el que también participan los equipos campeones de la pelota invernal de República Dominicana, Venezuela y el anfitrión de este año, Puerto Rico.
Es ésta la sexta ocasión que nuestro equipo obtiene la corona de la llamada "Serie Mundial de Latinoamérica". En el pasado la ganaron los Naranjeros de Hermosillo en dos ocasiones, 1976 y 1986, otras tantas los Tomateros de Culiacán, en 1996 y 2002, en el primer caso bajo la dirección del célebre "Cananea" Reyes y en el segundo de Francisco "Paquín" Estrada. La coronación más reciente, en 2005, correspondió a los Venados de Mazatlán al mando de Juan José Pacho. Los tres mencionados, mexicanos. En esta ocasión el manager de los Yaquis fue el dominicano Eddie Díaz.
La Serie del Caribe ha tenido dos épocas. La primera que arrancó en La Habana en 1949 y llegó hasta 1960, con la participación también de escuadras de cuatro países, a saber: Cuba, Panamá, Puerto Rico y Venezuela. Cuba obtuvo el título en siete ocasiones, Puerto Rico en cuatro y Panamá sólo en una, 1950.
La llegada de Fidel Castro al poder y la pretendida terminación del deporte profesional en Cuba hicieron imposible que la serie pudiera seguirse celebrando. Por lo tanto, de 1961 a 1969 no se llevó a cabo.
En 1970 dio inicio la segunda época, el primer año sólo con equipos de tres países: Dominicana, Puerto Rico y Venezuela. En 1971 se incorporó México. En esta segunda etapa la República Dominicana encabeza el medallero con 18, le sigue Puerto Rico con 10, Venezuela con 7 y ahora México con 6. En uno de los años de este periodo se canceló la serie y en otro no se tuvo la participación de Puerto Rico.
En esta ocasión los equipos de los otros tres países, Criollos de Caguas de Puerto Rico, Toros del Este de la Dominicana y Caribes de Anzoátegui de Venezuela, no incluyeron a grandes estrellas, muchos de ellos ligamayoristas, como suele suceder con las escuadras que en la serie representan a estos tres países.
De cualquier manera, el desempeño de los Yaquis de Obregón fue magnífico. Su pitcheo muy consistente (tanto de los abridores como de los relevistas, entre éstos el lagunero Alan Guerrero), el piloteo de Eddie Díaz muy acertado y oportuno el despertar del bat de Jorge "Chato" Vázquez, que fue como refuerzo del equipo y tenía dos semanas de no jugar. Resultó al final el jugador más valioso de la serie.
No son pocos los problemas que enfrenta la Serie del Caribe para continuar tan exitosa como en un tiempo lo fue. Quizá el más importante es que ya no participan como en el pasado las grandes estrellas ligamayoristas de Latinoamérica, para no exponerse a las lesiones, que mucho les afecta en sus sueldos multimillonarios en dólares que hoy perciben.
Otro problema es quizá el formato del torneo. Tiene la modalidad de "round robin" a dos vueltas, es decir, cada equipo juega dos veces con los otros tres. En total son doce partidos, a desarrollarse en media docena de días. Carece este esquema de criterios predeterminados para resolver empates. Justo como estuvo a punto de suceder en esta ocasión entre México y Puerto Rico en el primer lugar. Pero peor aún: el modelo no provoca emotividad.
Un atractivo adicional, para superar el marasmo en que se ha caído, es incluir en la serie a otros países. Desde luego a Cuba. Pero también podría pensarse en Panamá, que ya estuvo en la primera época. Así como también Colombia y Nicaragua.
Por lo pronto, nuestro país debe sentirse orgulloso de este título alcanzado por los Yaquis, que a su regreso de Puerto Rico rumbo a Obregón serían recibidos por el presidente Calderón. Y es oportuno también aprovechar esta ocasión para reflexionar lo escrito a propósito de este triunfo por un conocido comentarista de futbol: se trata -dice- de "un deporte que escapa a reflectores en muchas partes del país, pero que es el que mejor juegan los mexicanos". Y así es la verdad.
Jagarciav@yahoo.com.mx
