Llevar en armonía las relaciones con una pareja (digamos que con la esposa o el marido) no es fácil ¿Qué digo “no es fácil”? ¡Por momentos es una tarea titánica que casi llega a lo imposible!
Mi mujer no tiene lado, se queja el señor mientras la señora comenta con sus amigas, más o menos lo mismo y casi con las mismas palabras. Como yo estoy del lado del sexo masculino, mi perspectiva es en el sentido de que las mujeres son muy difíciles de entender y sobre esa base, he decidido hacer una lista de algunas frases que no debo mencionarle a mi esposa y la comparto (la lista, no la esposa) con ellos (con ustedes mis amables lectores maridos) porque creo que les puede ser de bastante utilidad.
Esa lista señala con claridad algunas frases y comentarios que no debe uno hacer y menos si van dirigidos específicamente a “la media naranja” cuando ya parece que se ha convertiudo en medio limón.
Una cosa que nunca ha de mencionarse ante la señora es hacerle ver lo gorda que está. Claro que ningún marido inteligente le va a decir a su esposa que está muy gorda, pero a veces ellas lo toman por ahí, aunque no haya sido ésa nuestra intención.
Mira nada más, ¡qué flaca estás ahora! puede ser un comentario que él considera inofensivo y hasta halagador, pero no sería raro que la mujer, enojada replique… ¡Ah, quieres decir que antes estaba gorda! Así que, cuidado, amigos. Lo mejor es no tocar el tema, no hacer comentarios al respecto, porque aún cuando te refieras a otra persona ella lo puede tomar como alusión personal… ¿Te fijaste, qué flaca está la comadre Lupita?, puede desencadenar una agria discusión cuando ella se moleste diciendo ¡sí, Lupita está flaca! ¡O sea que la goirda del grupo soy yo ¿verdad?! Y ahí empiezan las hostilidades que pueden llegar a complicarse hasta el infinito.
Otro caso es el de la señora que llega a la casa y el marido distraído le pregunta, nada más por preguntar ¿Dónde andabas? Fui al Salón de Belleza. Así me pasó una vez y se me ocurrió luego preguntar distraídamente sin despegar la vista del periódico que estaba yo leyendo. ¿Al salón de belleza? ¿Y estaba cerrado? Imagínese usted lo que vino después.
Otro caso, verdaderamente angustiante es cuando ella fue al salón de los milagros (digo, el salón de belleza) y llega y me pregunta ¿Qué me notas? Y empiezo a revisar, las arrugas están en su lugar, su maquillaje es el de siempre. ¿Qué? pregunto temeroso y sabedor de que la bronca se va a desencadenar:.. ¿Cómo que qué? ¡Pues que me pinté el pelo! Y yo juro que la veo igual que siempre, aunque ella se sienta diferente y hasta rejuvenecida porque se puso un color dos puntitos más claro que el anterior y yo cometí el pecado mortal de no detectarlo.
Otros hechos y comentarios que constituyen el preludio de una bronca mundial son: olvidar el aniversario de bodas o el cumpleaños de la suegra o decirle Laura cuando ella se llama Irma y sabe que antes de ella tuve una novia que se llamaba así (Laura). Ese “pequeño gran error”, puede llegar a consecuencias fatales sobre todo en los matrimonios que tienen poco tiempo de casados.
Yo te sugiero, amigo, que hagas tu propia lista de frases y comentarios que no debes decirle a tu esposa y con ello te evitarás situaciones conflictivas que podrían hacer pedazos la frase aquella que es como una consigna: estaremos unidos, hasta que la muerte nos separe.
PREGUNTA DEL PÚBLICO:
Algunos dicen que la expresión correcta es “fuegos artificiales”, y otros dicen que lo correcto es “juegos artificiales”. ¿Podría sacarme de la duda? David Vasquez. Medellín Colombia.
RESPUESTA: Es correcto decir “Juegos pirotécnicos”. A la expresión “Fuegos pirotécnicos” se le considera redundante porque piros es fuego en griego. Entonces, si son pirotécnicos tienen que ser de fuego. La expresión fuegos artificiales también es correcta.
Las inteligencias superiores son como las águilas: se mantienen en la altura, solitarias ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA