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LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

JUAN RECAREDO

Son Parte De Nuestro Lenguaje Grosero, majadero y farsante, como rufián y pelafustán -granuja también- son adjetivos peyorativos, insultos que son -¡oiga usted!- parte esencial de nuestro lenguaje.

Hay en nuestro querido idioma español tantos y tantos adjetivos de este tipo, que Don Pancracio Celdrán, doctor en filosofía de la Universidad de Madrid, publicó en 1995 y en edición de lujo, un Inventario General de Insultos, libro de más de 360 páginas impresas en donde recoge el extenso repertorio de injurias, improperios, insolencias y demás expresiones ofensivas de nuestra lengua.

Es interesante saber -aunque sea por curiosidad- qué significado tiene cada insulto. Por lo menos saber qué es lo que le están diciendo a uno cuando lo califican con una de estas expresiones peyorativas.

Lo peyorativo es todo lo que te es desfavorable, literalmente lo que te empeora o te coloca en una situación cada vez peor: peyorativo es como decir empeorativo, claro, si es que existiera esta palabra.

El grosero es el burdo, el que dice cosas gruesas, toscas. "Oye, estás grueso ¿eh?" dicen ahora los muchachos para indicarle a uno que se está pasando de la raya, que está excediendo los límites de la tolerancia.

Majadero tiene sus raíces en el verbo majar, que es quebrar algo a golpes con un majo, objeto contundente, sólido, que pega y lastima como un martillo. Originalmente el majadero es la mano del mortero y ya como insulto se aplica a uno que está moliendo y moliendo, que es molesto, necio y terco, hasta que nos colma la paciencia y le damos un ¡zape!, un sopapo, golpe que se da fuerte con la mano, en la cara o en la papada del insultado.

Granuja es un chamaco que hace maldades. Se le aplica el mote de granuja porque se supone que es un adolescente, cuya cara da claros indicios de su inexperiencia, porque está toda llena de granos, barros y espinillas, muy propias de su edad.

Rufián es el que se dedica a traficar con la prostitución. Proviene del italiano rufiano, literalmente hombre sucio, que trae el cuerpo lleno de costras, que confía en que "la cáscara guarda al palo" como diría Lalo, el queridísimo Piporro.

Pelafustán: El fustán es cierto tipo de manta. El pelafustán es el que se la pasa de holgazán, acostado y tapado con el fustán. Tanto está ahí que llega a "pelar" la tela.

Farsante, en fin y ya para terminar, es el individuo que con vanas apariencias quiere pasar por lo que no es o finge lo que no siente; es un sujeto simulador que por medio de embustes y enredos quiere salir airoso de alguna situación que le resulta desfavorable.

Escríbale a Don Juan Recaredo:

La dirección de su correo electrónico es donjuanrecaredo@gmail.com

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PREGUNTA DEL PÚBLICO: Ricardo Contreras de Villahermosa, Tabasco, me dice que está muy preocupado porque vio la palabra sidra escrita con C (cidra) en una revista muy acreditada y que él sabe que sidra es con S. Me pregunta si está permitido escribirla de ambas formas.

RESPUESTA: Lo que pasa es que son dos cosas distintas. La cidra es un fruto parecido al limón y la sidra es una bebida preparada a base de manzana fermentada.

Definición terrible para terminar: Divorcio: Es cuando te separas de tu mujer... ¡y te casas con un abogado! ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

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