Para un artista es importante tener fans, porque eso significa tener adictos, aficionados que lo admiran y lo siguen.
Fan es un apócope… ¿a poco? Sí, un apócope es una forma abreviada de decir fanático, el que tiene entusiasmo desmedido por algo, que cae fácilmente en lo irracional; ¿y qué puede haber más irracional que todas esas señoras, normalmente muy propias, que pierden figura cuando están frente a una figura como Luismi y que en presencia del ídolo se les alborota locamente la hormona hasta el grado del desbocamiento?
Fans en latín viene de fari que se relaciona con hablar. El vocablo fans latino se relaciona a su vez con el griego feme que es lo que se dice.
Feme es la raíz de fama. Tener fama es tener actividades que provocan que se hable de uno. La fama entonces es “lo que se dice de uno” y puede ser buena o mala, según se hable bien o mal. Un narcotraficante o un ladrón que todo el mundo identifica, aunque tal vez nadie lo haya visto personalmente “en persona”, es famoso precisamente por sus malas acciones. El tristemente célebre Al Capone, por ejemplo.
Hay artistas que tienen fama de ser muy generosos y otros que tienen fama de ser muy agarrados, de esos que no saludan nada más por no dar los buenos días.
Una in-famia es lo que no se dice o no debiera decirse porque es malo o vergonzoso. Lo ne-fando es algo tan feo, tan horrible que no puede decirse o describirse.
En cambio lo inefable es algo tan bello o tan feo o tan bueno que no puede explicarse. Es algo indescriptible porque por más que le hace uno la lucha, no lo puede describir.
A una persona que es verdaderamente afable, se le puede hablar con toda confianza. ¿qué se le ofrece? ¿qué le pasa? ¿qué le sucede, qué le pica o le acongoja? Fante es entonces el que habla e in-fante el que no habla. Un niño pequeño es un infante porque todavía no sabe hablar. Chilla, grita y patalea y así se expresa, pero hablar, hablar, lo que es hablar, de eso ni hablar.
En el ejército los de infantería andan a pie. ¿Y por qué infantes? Yo me hice muchas veces esa pregunta en mis juventudes: ¿por qué infantes si no son niños? No, son infantes porque son los que no hablan. Bueno, no es precisamente que no hablen, sino que no tienen a quien ordenarle cosas porque pertenecen al nivel de jerarquía más bajo. Los de infantería no pueden dar una orden ni de cabrito. Acatan órdenes y para eso son los infantes del ejército.
Es más, andan a pie porque no alcanzaron caballo, y se supone que fue porque no hablaron oportunamente… y es que, como decía mi abuelo “al que no habla Dios no lo oye”.
Ahora digo yo: … Y si Dios no te oye, yo menos…
PREGUNTA DEL PÚBLICO:
En Mexicali, B.C.N. como en gran parte del noroeste de México, se dan unos “calorones” tremendos, superando aún los que sufrimos en mi querido Monterrey. Pues de allá de Mexicali y mientras se abanica vigorosamente con un trozo de cartón, Sergio Vázquez me pregunta cómo se debe decir: el calor o la calor.
RESPUESTA:
El calor, mi querido Sergio, es “machín” hasta que se demuestre lo contrario. Nunca y por ningún motivo digas la calor porque es un error. Existen tres tipos de matemáticos: los que se equivocan al contar y los que no. ¿Cómo dijo? ¡LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA!