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LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

No confundir las ingles con un inglés

JUAN RECAREDO

¿Me pudieran ustedes decir por qué en tamaño y esencia hay esa gran diferencia entre un buque y un buqué?

¿Por el acento? Por esa insignificancia no concibo la distancia de presidio a presidió ni de tomas a Tomás, de mendigo a mendigó ni de colas a Colás.

Más deja probado pues que convierte en un momento las ingles en un inglés y vamos con otro cuento.

Eso es lo que reclama en un ingenioso monólogo rimado Don Pablo Parellada, humorista español de principios de siglo que dice, entre bromas y frases chuscas, que el idioma castellano tiene mucho qué arreglar.

Esa rayita a la que llamamos acento, es la tilde, -tilde como mi Tía Matilde- y su ocupación básica (la de la rayita, no la de mi tía) es cambiar el significado de una palabra: hábito, habito y habitó, por ejemplo son tres palabras con significados diferentes. La primera es un sustantivo y las otras dos son acciones del verbo habitar en diferentes tiempos y personas: Un hááábito es una costumbre, habiiito es primera persona en presente del verbo habitar (yo habito) y habitóóó es tercera persona en pretérito (él habitó).

Es muy diferente hablar de ápodos que de apodos: Los ápodos son animales que no tienen pies ni alguna otra clase de extremidades inferiores. La a es privativo, quiere decir que no hay no hay mientras que podos significa pies o patas, o en general extremidades inferiores,

Son ápodos, por ejemplo, algunos reptiles. No todos, porque por ejemplo el lagarto o la iguana son tan reptiles como una víbora o un gusano pero sí tienen sus patitas. También la tortuga es reptil. Claro que sí y a mucha honra.

Lo que pasa es que cuando se habla de reptiles uno piensa siempre en víboras, pero pertenecen a esta familia todos los animales que reptan ¿Que qué? Que reptan, del verbo reptar, quiere decir que arrastran la panza (el vientre para que se oiga más científico)

Si le quitamos el acento a los animales ápodos nos quedan los apodos que son motes, sobrenombres que les pone uno a las personas o cosas. En un grupo escolar, por ejemplo, no podía faltar el negro o el gordo o el ciego y a veces uno ni se enteraba cuál era el verdadero nombre de aquel compa.

De mis días de juventud recuerdo con especial cariño a Chuy Mentiras que contaba unas mentirotas tan sabrosas que siempre querías que te las siguiera contando. Todo mundo conocía a Chuy Mentiras pero sólo unos cuantos sabían su verdadero nombre. Yo sí lo sabía, pero ya se me olvidó.

Volviendo al tema del acento, fíjese lo que sucede con el verbo mendigar:

Mendigóóó es acción en pretérito. Mendiiigo puede ser acción en primera persona (yo mendigo) o puede ser un sustantivo. Un mendiiigo es el que vive de la caridad pública. Ahora que, si le pone el acento en la penúltima sílaba, nos queda una palabra un poco gruesa que se usa como adjetivo: méééndigo. Entonces vamos a dar a ese dicho muy mexicano de que mendiiigo es el que pide y méééndigo el que no da.

PREGUNTA DEL PÚBLICO

¿Es correcto decir radiactivo en lugar de radioactivo? La pregunta viene de Tlaxcala y nos la hace Ma del Socorro Villa.

RESPUESTA:

No sólo es correcto, sino que es obligatorio. Ya la Academia considera fuera de orden utilizar palabras como radioactivo, aereopuerto y gaseoducto. Se les hizo una simplificación y ahora lo correcto es decir gasoducto, aeropuerto y radiactivo.

Frase célebre que nadie ha dicho para terminar: ¡Ladran Sancho, eso quiere decir que estás pisando a un perro! ¿Cómo dijo? ¡LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA!

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