“Pendía sobre él la espada de Damocles…” es una expresión para decir que alguien está amenazado por un peligro inminente, que en cualquier momento puede caerle encima.
“Es la oveja negra de la familia” es otra expresión con la que se señala al que se comporta indebidamente, al que viola los principios morales establecidos en el seno familiar.
¿De dónde, cómo o por qué surgen estas frases? ¿Por qué Damocles y por qué su espada, o dónde la dejó? ¿Por qué arveja en lugar de oveja? Como dijo el dermatólogo, vamos al grano.
Según cuentan Horacio en una de sus “Odas” y Cicerón, en sus “Tusculanas”, Damocles era un cortesano de Dionisio I, al que por razones obvias apodaban El Viejo y que vivió en el Siglo IV antes de Navidad, o sea antes del nacimiento de Cristo.
Nicho, además de ser un anciano, era tirano de Siracusa, y Damocles cada vez que lo veía se ponía verde porque le tenía mucha envidia y quería ser como él, no en lo viejo, sino en lo afortunado que parecía ser y en la vida regalada que aparentemente llevaba.
Con el propósito de escarmentarlo, un día el Rey Nicho decidió que Damocles fuera a un festín en su representación, y dispuso que, exactamente sobre la cabeza de Damocles, suspendida solamente por una crin de caballo, colgaran una afilada espada desnuda y usted ya sabe que las espadas son como las mujeres, cuando inspiran más miedo es cuando están desnudas.
De esta manera, Damocles que en el festín hasta el hambre se le quitó, nada más de ver la espadota colgando, pudo comprender lo efímero de la prosperidad del monarca, y aquilatar lo difícil que es afrontar las responsabilidades que implica la chamba de rey.
La frase “la oveja negra”, que se usa para describir a quien se diferencia negativamente del resto de los componentes de una familia o grupo, se dice que procede originalmente de una confusión con la palabra “arveja” que es una leguminosa, un guisante, como la lenteja, el garbanzo o el frijol.
Antiguamente, para votar por premios y castigos, o para aceptar a posibles miembros de clubes, cada votante metía una arveja en una bolsa. Si su voto era a favor, la arveja que metían era blanca y si era en contra, la arveja era negra. Es decir, que siempre la opción de la arveja negra fue para designar lo negativo de una persona, a diferencia de quienes lo rodean.
Es como cuando un cabrito crece y pasa de ser cabrito a ser un… animalón.
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PREGUNTA DEL PÚBLICO:
¿Cómo debe decirse, el calor o la calor? Pregunta José Ma. Mercado de Pachuca.
RESPUESTA:
El calor es un nombre masculino, hasta que se demuestre lo contrario. En ningún caso debemos anteponerle el artículo LA.
Frase consejo para terminar: No tomes la vida tan en serio. De todas maneras no saldrás vivo de ella. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.
