En nuestra manera de pensar con respecto al idioma, hay dos costumbres que tenemos muy arraigadas: una es que todo lo que suena a extranjero lo identificamos con el inglés. La otra es que confundimos lo estadounidense con lo americano.
Me parece que esta última es la mas grave porque hablamos de los americanos en tercera persona: (ellos…) y se nos olvida que ¡nosotros somos americanos!
En los últimos años políticos se ha popularizado el ombudsman que identifica al defensor del pueblo, al que intercede para defender los intereses del ciudadano común.
Al encontrarnos con esa palabra, la buscamos en los diccionarios inglés español y por supuesto que no la encontramos.
Investigando nos encontramos con que el vocablo es de origen sueco y se aplica a un funcionario nombrado por el poder ejecutivo para defender a los ciudadanos de las acciones inicuas que puedan ser cometidas por los funcionarios del gobierno.
O sea que el ombudsman va a defendernos de nuestros defensores cuando éstos se preocupan más por defender su interés personal que por cumplir el papel par el cual fueron elegidos.
El ombudsman es una institución que en Suecia funciona desde 1809 y la traducción literal del término es “comisionado”.
Lo que sí le encargo mucho es que no confunda una palabra de origen inglés con un americanismo. Palabras como hobby y dandy son ANGLICISMOS porque provienen del inglés, pero el inglés no es un lenguaje americano, no nació en América.
Los americanismos provienen de lenguas aborígenes que ya estaban aquí cuando vinieron los europeos con sus espejitos, sus creencias y sus idiomas.
Lenguas aborígenes, es decir, nacidas aquí son el náhuatl, el maya, el quechua, el caribe y muchas más.
El inglés se habla en gran parte de los Estados Unidos porque esas tierras fueron conquistadas por los ingleses. Ahora los estadounidenses insisten en llamarle América a su país y piensan que fuera de ahí todo es Cuautitlán pero ¿por qué? ¿nosotros en qué libro leemos? ¿Y los peruanos, y los argentinos y todos los centroamericanos, los sudamericanos y los norteamericanos como nosotros y los canadienses, en dónde quedamos?
Entonces vamos a tratar de no confundir ANGLICISMOS con AMERICANISMOS que son palabras nuestras, muy nuestras.
Escríbale a Don Juan Recaredo: La dirección de su correo electrónico es donjuanrecaredo@gmail.com
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PREGUNTA DEL PÚBLICO:
Cuando mi hijo tenía varias picaduras en los dientes, decíamos que tenía caries. Cuando tiene solamente una ¿cómo debo decir? ¿Tiene una carie? pregunta Angelita S. de Gutiérrez.
RESPUESTA:
CARIES es el nombre del padecimiento pero no necesariamente está en plural. Además no es lo mismo caries que picaduras. Su hijo tiene caries. Y la caries se manifiesta porque tiene una o varias picaduras.
Frase evocadora para terminar: Las arrugas en la cara son como un letrero que dice: “Aquí… hubo una sonrisa” ¿Cómo dijo? ¡LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA!