Cultura Cultura columnas editorial

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

Hay contracciones que son obligadas

JUAN RECAREDO

Voy a conocer A EL papá de mi novia…

Vengo DE EL lugar donde nací…

A veces pecamos de ultra correctos… y literalmente pecamos, porque en las cosas del idioma la ultracorrección es un error, es un pecado.

En este caso quiero referirme a lo que en el estudio del lenguaje se llama contracciones, casos en que dos palabras se unen y forman una sola. En nuestro idioma se dan muy pocos casos de contracciones obligatorias. De hecho son pares y no llegan a cuatro o sea que son dos.

Fíjese por favor muy bien para que no se haga bolas:

No debemos decir A EL porque las contracciones, como en el caso de las embarazadas, son obligatorias, tienen qué darse y esta es una de ellas.

Cuando se juntan la preposición A y el artículo EL, por regla gramatical se deben juntar y producir la contracción AL.

Voy a conocer AL papá de mi novia… ¡Ándele, eso sí!

Lo mismo sucede con la preposición DE y el artículo EL:

Vengo DEL lugar donde nací ¡Muy bien!

En español, nada más hay esas contracciones con carácter obligatorio: AL y DEL.

Solamente cuando el artículo EL es parte de un nombre propio o cuando hace funciones de pronombre, entonces no hay contracción: Suponga usted que hay un restaurante que se llama El Rinconcito. Ése es el nombre completo: El Rinconcito.

Entonces, si usted quiere platicar que fue a ese lugar, no debe usar la contracción. Fuimos a comer AL Rinconcito, no. Lo correcto sería: Fuimos a comer A EL Rinconcito. Así sí, para que se conserve completo el nombre del lugar.

Cuando ÉL está haciendo funciones de pronombre, debe llevar acento para diferenciarlo del artículo EL y en ese caso tampoco se puede contraer. Por ejemplo: Este libro es de él.

Estamos diciendo ÉL en lugar de decir el nombre, porque se supone que nuestro interlocutor ya sabe de quien se trata, ya sabe quien es el dueño de ese libro al que nos estamos refiriendo.

¡Uf! Esto las contracciones es difícil. Se pone uno a dar explicaciones y queda agotado… ¡como sucede con las embarazadas!

Escríbale a Don Juan Recaredo: La dirección de su correo electrónico es donjuanrecaredo@gmail.com

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Si un ciego es el que no puede ver y un sordo el que no puede oír ¿cómo se le dice al que no puede oler? Felipe Nieto.

RESPUESTA:

A las personas que no tienen el sentido del olfato se les llama anósmicos.

Frase estadística para terminar: Avanzados estudios demuestran que de cada diez personas que hablan español, cinco, son la mitad. ¿Cómo dijo? ¡LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA!

Leer más de Cultura

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Cultura

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 673963

elsiglo.mx