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Las posibilidades del diálogo

NUESTRO CONCEPTO

El diálogo es el único camino posible hacia el entendimiento. En él, los antagónicos se reconocen en sus diferencias y buscan puntos de encuentro. El diálogo implica aceptar en el otro el mismo derecho que tiene uno a expresar su punto de vista, a dar a conocer su experiencia, a compartir su dolor, su preocupación, a explicar su manera de actuar. Condición necesaria para el diálogo es la franqueza. Sin ésta, ningún diálogo es posible y por ende, tampoco el entendimiento. En este sentido, el encuentro que sostuvieron el jueves 23 de junio en el Castillo de Chapultepec los integrantes del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, encabezados por el poeta Javier Sicilia, con el presidente Felipe Calderón, resulta de gran trascendencia para la vida política del país en estos momentos en que el encono, la polarización y la descomposición social cubren con su negro manto a la República. El diálogo de Chapultepec es un hecho inédito en la historia reciente de México. Un grupo de ciudadanos agraviados por el incremento de la criminalidad y la ineficiencia de las autoridades, reclama al primer mandatario una nueva forma de concebir la lucha contra la delincuencia en la que el elemento central sea la protección de la población. Un Gobierno Federal responde al reclamo directo y explica -como nunca antes lo había hecho- sus razones para emprender una lucha que ha dejado en cinco años 40 mil muertos y miles de desaparecidos y en la cual, hasta hoy, no se observa puerto de llegada.

En ese intercambio no hubo criterios uniformes, pero sí disposición al acercamiento, a la escucha. Y el mensaje que emana entre líneas de ese encuentro es contundente: las personas civilizadas que quieren un país mejor, donde vivir no sea sinónimo de angustia, dirimen sus diferencias, por más amplias que sean, dialogando; los criminales, en cambio, lo hacen matando, anulando al otro, segando cualquier posibilidad de entendimiento. Contra ellos, sociedad y gobierno deben actuar, con la ley y el derecho, que son las armas de los Estados democráticos.

Pero no se puede cantar victoria todavía, porque el diálogo apenas comienza a construirse. Es menester que el encuentro del jueves pasado se repita y se replique en los demás niveles de gobierno -estados y ayuntamientos-, quienes también son corresponsables del deterioro que ha sufrido la vida pública de la nación.

Porque las posibilidades de alcance del diálogo están función de la voluntad y capacidad de los interlocutores. El reto del Gobierno Federal, es mantener abierta la puerta que abrió en Chapultepec. El de los gobiernos estatales y municipales, comenzar a quitar los candados para permitir la entrada a la sociedad.

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