EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Leo, luego existo

PATRICIO DE LA FUENTE

La madre del decoro, la savia de la

Libertad. El mantenimiento de la

República y el remedio de sus males es,

Sobre todo lo demás, la propagación

De la cultura".

José Martí

"La televisión es el espejo donde se

Refleja la derrota de todo

Nuestro sistema cultural".

Federico Fellini

Nuestro sistema educativo tiene grandes carencias y adolece de muchas cosas. El presupuesto que se destina a la educación pública en México es todavía muy pobre y está mal distribuido. Mientras que los líderes del SNTE manejan a discreción -es vox populi que a Elba Esther le encanta la buena vida y la compra de conciencias- una enorme cantidad de recursos, la mayoría de los maestros apenas si sobrevive. En un país con un índice de pobreza que lastima y es ofensivo y donde millones a duras penas cuentan con los recursos suficientes para satisfacer sus necesidades más básicas, el fomento de la cultura no es prioridad ni para el Gobierno, ni para sus habitantes. Por desgracia, lejos estamos de contar con una educación de calidad, so pena de contradecir a las instancias que se pavonean de lo contrario.

Según recientes estadísticas que miden el índice educativo, en los países industrializados hay 14 alumnos por maestro, en América Latina 24 y en México, 28. También señalan que el porcentaje de alumnos que desertan es alto -crece conforme se avanza en los años escolares- y que el número de alumnos que repiten el ciclo escolar resulta preocupante. Algo hicimos mal si partimos del hecho de que la revista TV Notas es la publicación más leída y con mayor tiraje en el país: un millón de ejemplares según el Instituto Verificador de Medios.

Hace menos de una semana, el precandidato del PRI a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, fue invitado a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara a presentar su obra -decir que es suya no significa que él la haya escrito- "La Gran Esperanza". Poco versado en las lindes de la improvisación -no resulta fortuito que le llamen el candidato del teleprompter- ni el exgobernador del Estado de México ni sus competentes asesores pudieron intelegir que en el marco de un foro de dicha naturaleza, necesariamente las preguntas tendrían que ver con temas literarios.

Motivo de sorna, burlas e innumerables chistes en los medios y las redes sociales ha causado la participación de un Enrique Peña incapaz de recordar 3 libros que hayan marcado su vida. Salvo la Biblia -que aseveró nunca haber terminado- y "La Silla del Águila" -cuya autoría atribuyó a Enrique Krauze, siendo que fue escrita por Carlos Fuentes- poco aportó a la FIL el suspirante. Eso sí, entre el público conocedor no pasó desapercibido el momento en el que una reportera lo llamó "Pinocho".

Pero Enrique Peña no fue el único precandidato que se equivocó. En su momento Josefina Vázquez Mota -a quien por ahí le gritaron "burra"- confundió a Carlos Fuentes con Octavio Paz y a la "Región Más Transparente" con la "Ciudad Más Transparente". En tanto otro aspirante, Ernesto Cordero, le recomendó al precandidato del PRI leer "La Isla de la Pasión", de Isabel Restrepo, con la salvedad de que la autora se llama Laura. Al admitir el yerro, Codero afirmó que en efecto se había equivocado "ya que era muy temprano". Me pregunto si acaso la mañana y la estupidez van tomadas de la mano...

La manifiesta falta de preparación de nuestros políticos no resulta un hecho novedoso en un país cuyo promedio de lectura no llega a un libro al año. Los traspiés de Vicente Fox -quien sin empacho instó a la nación a no leer los periódicos "pues amargan el día"- quedan para la historia. También para posteriores consultas está "Marta, la Fuerza del Espíritu", libro plagado de errores ortográficos cuya autoría corresponde nada más y nada menos que a Sari Bermúdez, exdirectora de Conaculta, quien por complacer a la futura primera dama Marta Sagahún -otra cuya preparación deja mucho que desear- sirvió de comparsa.

No es requisito para llegar a la Presidencia de la República el contar con un bagaje cultural sólido. Si revisamos los distintos períodos de la historia, caeremos en la cuenta de que México tuvo gobernantes muy leídos cuyos actos llevaron al país al fracaso. Para muestra José López Portillo, afecto a plagar sus discursos de citas literarias o Plutarco Elías Calles, quien al ser desterrado al exilio llevaba un ejemplar de "Mein Kampf", de Hitler, bajo el brazo. Ser culto no se traduce en ser competente, sin embargo cabe aquí la siguiente interrogante: ¿de llegar a la primera magistratura, con qué cara podrán los hoy aspirantes decirle a un grupo de jóvenes, por ejemplo, que la educación es fundamental para el desarrollo e instarlos a la lectura y al estudio?

¿Qué mensaje le estamos dando a los chavos cuando el puntero en las encuestas, Enrique Peña Nieto, además de no poder contestar una pregunta que muchos niños de primaria dominan, pretendió hacernos creer que lee cuando en realidad no lo hace? El tema no es el no leer, sino querer simular lo contrario. En eso son expertos nuestros políticos.

Cierto, aspiran a gobernarnos, de intelectuales no los queremos; sin embargo en muchos sentidos son un referente para el pueblo y sus acciones son observadas con lupa y tienen repercusiones inmediatas, de ahí la importancia de cuidar al máximo sus dichos.

En fin, nada tan conveniente para los partidos políticos como la incultura de un pueblo aturdido por encuentros de futbol, la barra de comedia de Televisa y las novelas rosas de Yolanda Vargas Dulché. Y nada que lacere y comprometa el futuro del país como la desmemoria y la falta de educación.

También me puedes leer en

http://elcuakdelcanard.com

Twitter: @patoloquasto

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 684996

elsiglo.mx