El rey de Bahrein, Hamad bin Isa al-Khalifa, levantó hoy el estado de emergencia impuesto hace dos meses y medio ante la ola de protestas y propuso a la oposición un diálogo nacional para realizar reformas a partir del próximo 1 de julio.
El estado de emergencia fue impuesto a mediados de marzo pasado luego de un mes de protestas de los musulmanes de la mayoría chiíta, las cuales fueron reprimidas por el gobierno de minoría sunnita, según la agencia de noticias de Bahrein BNA.
Al menos 30 opositores murieron y cientos resultaron heridos durante la campaña represiva del régimen, que tras decretar el toque de queda y el estado de excepción se apoyó en más de mil 500 policías y soldados de Arabia Saudita, los Emiratos Arabes Unidos y Kuwait.
El rey levantó el estado de emergencia horas después de llamar a la oposición a iniciar el próximo 1 de julio conversaciones 'sin condiciones' para promover reformas para el desarrollo en todas las aéreas y consolidar firmemente las bases del proceso de reformas.
Sin embargo, la oposición manifestó reservas sobre la voluntad de las autoridades dado que en los últimos dos meses mantuvo la represión, demolió mezquitas chiítas, realizó detenciones y juicios arbitrarios.
Además porque mientras el rey proponía un diálogo nacional, un tribunal militar interrogaba a cuatro miembros de la principal organización opositora del país, Wefaq, incluido su líder y activista de derechos humanos, Nabeel Rajab.
Con el fin del estado de emergencia, los fiscales militares ya no pueden interrogar a civiles, no obstante los tribunales del Ejército tienen en marcha varios juicios contra activistas.
Un total de 21 opositores, siete en el extranjero, están a la espera de juicio en tribunales militares acusados de buscar derrocar el sistema.
Amnistía Internacional (AI) ha pedido al gobierno de Bahrein abstenerse de juzgar a civiles ante tribunales militares, ya que estas cortes carecen de independencia y no respetan las normas internacionales sobre juicios justos.