A Liborio Sánchez le ilusiona eliminar a las Chivas en la Liguilla del Apertura 2011. (Jam Media)
Es una de esas "células" que el Guadalajara prestó al amigo emplumado, las que podrían conformar su némesis en la Liguilla. Liborio Sánchez es un gallo con esencia chiva, lo que le permite ilusionarse con eliminar al club que lo formó como jugador.
Su ilusión está basada en los principios adquiridos con el Rebaño Sagrado. Al igual que otros elementos, fue cedido al Querétaro para completar el proceso de consolidación en el máximo circuito. Parece haberlo hecho en un equipo acostumbrado a jugar con el cuchillo entre los dientes, con la necesidad de sumar unidades para evadir el descenso; peligroso e incansable, con aroma tapatío.
Muchos futbolistas de José Cardozo presumen virtudes tan familiares como peligrosas para el líder del Apertura 2011, lo que explica la ilusión del joven guardameta.
"Chivas es como mi padre: me dieron todo, me enseñaron lo que sé, duré nueve años ahí", recuerda. "Gallos es como mi segundo padre: me dio la oportunidad de volver a Primera División y ahora estoy con él, por lo que tengo que defenderlo a muerte, lo cual me enseñaron en Chivas: el equipo en el que esté, tengo que ser profesional y dar todo lo mejor de mí".
Ya lo hizo en aquel juvenil Guadalajara que alcanzó la final de la Copa Libertadores 2010. Sus actuaciones en casa del Vélez Sarsfield y Libertad resultaron determinantes para avanzar. Obtuvo reconocimiento, pero el regreso de Luis Michel lo volvió al ostracismo y prefirió emigrar.
Lucharía con Víctor Hugo Hernández por ser el suplente, así es que hoy podría haber atajado esta serie, pero con las Chivas.