Libros sobre el führer
El nombre de Adolf Hitler es reconocido a nivel internacional. Su figura persiste más allá de los acervos de Historia como un resultado de la infinidad de recreaciones que de él se han hecho en diversos géneros literarios. Conozcamos algunos de los más representativos.
En la mayoría de las personas el nombre de Adolf Hitler suscita las más intensas reacciones negativas. Y no es para menos pues su imagen se vincula de inmediato con el holocausto. Sin duda, la muerte de seis millones de judíos y el sufrimiento atroz de mucha gente más por no pertenecer a la raza aria concita una aversión natural a los nazis y a su famoso líder. Sin embargo, no sólo es odio lo que induce el apellido de Hitler. Incluso podría decirse que ante todo provoca perplejidad. Y así, supuestamente tratando de ayudar a entender lo que hizo y por qué lo hizo se han impreso libros de diversa calidad y en distintos géneros. Desde el elemental recuento de una de sus secretarias, Christa Schroeder, en Doce años junto a Hitler: testimonio inédito de la secretaria privada del führer (1986) o el de uno de sus escasos amigos de juventud, August Kubizek, quien escribió El joven Hitler que conocí (1953), hasta estudios más complejos efectuados por expertos a petición del gobierno norteamericano en plena Segunda Guerra Mundial.
HITLER HABLA DE HITLER
Es oportuno recordar que el primer texto sobre Hitler y su intolerante ideología nacionalsocialista fue escrito por él mismo. Publicado en 1925 con el llamativo título de Mein Kampf (Mi lucha), se convirtió en un éxito editorial a partir de la crisis mundial de 1929 y una vez que el partido nazi se hizo del poder en 1933, fue cuestión de honor (y de supervivencia) para los alemanes leerlo y demostrar familiaridad con su contenido. De hecho era regalo obligado en bodas y graduaciones. Debido a sus altas ventas, que llegaron a un millón de ejemplares anuales, Hitler fue el autor alemán más próspero, tanto que asombrosamente pudo renunciar a cobrar salarios por los altos puestos que más tarde ocupó en el gobierno alemán (canciller y presidente).
Mi lucha retoma patrañas antisemitas presentadas años atrás en panfletos como Los protocolos de los sabios de Sión (elaborado por los servicios secretos zaristas en 1903) y El judío internacional (realizado en 1920 por el magnate estadounidense Henry Ford). Aprovechando el agudo malestar de la población alemana por la derrota de su país en la Primera Guerra Mundial y por la agobiante carestía de la vida exacerbada por el Tratado de Versalles, Hitler presenta a los judíos como los causantes de esa derrota y de esa escasez y ofrece precisamente como panacea para Alemania el combate a los judíos y la supremacía de la clase aria.
En la primera parte de Mi lucha Hitler cuenta su vida, pero lo hace atribuyendo motivos nobles a todas sus conductas y presentado de una manera idílica a su familia de origen. Obviamente en un libro de autopromoción personal y propaganda política la veracidad resulta sacrificable.
EN PALABRAS DE LOS CERCANOS
En Doce años junto a Hitler... Christa Schroeder nos presenta un hombre más verosímil y lleno de contrastes. Por una parte la secretaria habla de él como alguien frugal y disciplinado, abstemio y vegetariano; un Hitler valiente, que combatió el maltrato a los animales y que hacía gala de una inteligencia penetrante y de una memoria prodigiosa. Por la otra, no duda en referirse a él como despiadado y vengativo, dogmático e intolerante, que a pesar de su esmerada higiene personal desarrolló mal aliento y sufrió el amarillamiento desagradable de sus dientes. Un Hitler vanidoso que quería ocultar su necesidad de lentes por una creciente miopía y que padeció mal de Parkinson pues el temblor de su mano derecha era inocultable.
El joven Hitler que conocí, de Albert Kubizek, tiene mayor valor estético que el de Schroeder porque refleja la cultura superior de su autor. Este texto nos presenta al dictador en su adolescencia y lo describe como un joven reservado, incluso tímido, que soñaba con restituir la grandeza de Alemania y que se encolerizaba cuando alguien mostraba desacuerdo con su visión exaltada.
Kubizek narra que él y Hitler se hicieron muy amigos cuando descubrieron que compartían una enorme pasión por la música de Richard Wagner, la mitología germana y los libros de Nietzsche. Además ambos deseaban convertirse en grandes artistas: Albert, director de orquesta; Adolf, pintor. Éste convenció al señor Kubizek de que permitiera a su hijo presentar el examen de admisión del Conservatorio de Viena. Albert aprobó la prueba y tras completar sus estudios fue contratado como director de una orquesta en Marburgo. En cambio, Adolf jamás fue admitido en la Academia de Artes Plásticas. Esa humillación le hizo apartarse de su exitoso amigo a pesar de que él siguió procurando su trato.
La Primera Guerra Mundial le permitió canalizar su furia. Después enfocaría su resentimiento en combatir judíos y comunistas. Ya en el poder, sintiendo su dignidad personal acrecentada, buscó a su antiguo camarada y se reanudaron sus apasionadas conversaciones. La sinceridad es otra ventaja de la obra de Kubizek sobre la de Schroeder, ya que el primero nunca alegó ignorancia de las consecuencias del nazismo y con valor reconoce que voluntariamente se afilió al Partido Nacionalsocialista.
PERSONALIDAD AL PAPEL
Particularmente interesantes son dos volúmenes sobre la personalidad de Hitler que se basan en una investigación secreta encargada por la Oficina de Servicios Estratégicos del gobierno estadounidense a expertos en Psicología en 1943. El primero tiene el largo y redundante título de Análisis de la personalidad de Adolph Hitler con predicciones de su conducta futura y sugerencias para tratarlo ahora y tras la rendición de Alemania y es de la autoría del psicólogo egresado de Harvard Henry A. Murray, famoso por haber creado el Test de Apercepción Temática. El segundo se llama La mente de Adolf Hitler y fue escrito por el psicoanalista Walter C. Langer.
El doctor Murray, quien predijo con certeza que Hitler se suicidaría, destaca entre los rasgos de su personalidad que era rencoroso y vengativo, tenía nula tolerancia a la crítica y a las bromas, se sobrevaloraba en función de un narcisismo extremo al tiempo que menospreciaba a los demás. Asimismo se refiere a Hitler como un homosexual reprimido que en la intimidad asumía una conducta masoquista y pasiva. Evidentemente el texto de Murray adolece de grandes fallas: es un libro especulativo cuyo estudio se hizo a la distancia y reproduce los prejuicios de la psiquiatría de los años cuarenta. De todos modos merece leerse y usted puede descargarlo gratuitamente en la página electrónica de la biblioteca de la Universidad de Cornell.
En La mente de Adolf Hitler el doctor Langer se refiere a Hitler como un neurótico que bordeó la esquizofrenia y pretendió ocultar su insignificancia personal con comportamientos agresivos. La excesiva condescendencia de su madre Clara, quien trató de protegerlo de la severidad de su padre Alois, y de compensarlo por sus constantes malos tratos, a juicio de Langer propició un insano apego libidinal que fue factor determinante en sus psicopatías. También considera la posible homosexualidad de Hitler y especula sobre una supuesta impotencia. Aclara que si acaso el führer era homosexual no lo fue en el sentido convencional del término; más bien de manera masoquista buscaba gratificación sexual en ser orinado por una mujer en el acto sexual. De este ejemplar pueden señalarse las mismas fallas que del de Murray y además otra: su arcaico enfoque psicoanalítico simplifica en demasía las cosas al conceder tanta importancia al complejo de Edipo y al no considerar a fondo factores culturales y sociales. El holocausto no fue realizado solamente por Hitler y un puñado de nazis.
El conocimiento es poder, decía Francis Bacon. Que la lectura de buenos libros nos dé el poder de prevenir liderazgos tan destructivos como el de Hitler.
Correo-e: antonioalvarezm@hotmail.com
HITLER EN OTROS LIBROS
-Hitler me dijo... (1939) - Hermann Rauschning
-El mito de Hitler: imagen y realidad en el Tercer Reich (1987) - Ian Kershaw
-Los discípulos del diablo: el círculo íntimo de Hitler (2003) - Anthony Read
-En el bunker con Hitler (2006) - Bernd Freytag von Loringhoven
-El legado: la hija de Hitler (2009) - Blanca Miosi