Libros

Maestros del cine. Woody Allen / Stanley Kubrick

Colombani, Florence / Krohn, Bill

Editorial Cahiers du Cinéma Sarl

Luego de tres décadas de hacer historia como una aclamada revista especializada en el séptimo arte, en 1981 Cahiers du Cinéma comenzó a operar como editorial, convirtiéndose en el más prestigioso sello consagrado a publicar libros sobre cine. Ahora cuenta con distribución en México gracias a Editorial Oceano. Así, los amantes de la pantalla grande tienen a su disposición la colección Maestros del cine, que por lo pronto ha lanzado 10 títulos dedicados respectivamente al mismo número de directores. Entre ellos están Woody Allen, de Florence Colombani y Stanley Kubrick, de Bill Krohn. Cada uno muestra con estilo propio la biografía de los distinguidos realizadores, haciendo énfasis en el despegue y la consolidación de su trayectoria, hasta llegar al punto cumbre de sus carreras -en el caso de Allen aún en crecimiento. Los volúmenes resultan una verdadera joya no sólo en cuanto a la información contenida, sino también por las magníficas fotografías que los acompañan.

F.I.L.O.S. Fea, inútil, loca, obesa, suicida

Caleca, Giuliana

Editorial Oceano

Giuliana Caleca es una joven argentina que a simple vista luce alegre, tranquila, ‘normal’. Pero tras su expresión serena se encuentran las marcas de batalla acumuladas por una vida de lucha contra la depresión crónica. Esta autobiografía ha resultado un éxito de ventas en su país de origen y ahora Editorial Oceano la pone a disposición de los jóvenes mexicanos. Giuliana relata sin rodeos sus intentos de suicidio, su terrible afición por hacerse cortes con navajas, su manera desmedida de comer para tratar de llenar un vacío que no parecía tener fondo, y el agotador peregrinaje que efectuó junto a su familia por consultorios psiquiátricos, casas de curanderos, terapeutas y todo aquello que representara una posibilidad de sanar. Como explica la misma autora en la presentación: Cuando el libro se publicó por primera vez en Argentina, me percaté de que no estaba sola: había muchos filos dando vueltas por el mundo. También supe que una buena forma de revertir lo que me había pasado era tratar de inculcar -a partir de mi humilde experiencia- un gramo de esperanza a todos aquellos que estaban por rendirse.