Listos para la papilla
A partir de los cuatro y seis meses, los bebés pueden comenzar a alimentarse con papillas, esto de acuerdo al desarrollo de cada infante. El médico pediatra, Alberto Pérez Canedo, explica que al alimentar al bebé en la edad adecuada se evitan trastornos digestivos y alérgicos, por lo que la papilla se debe administrar cuando el niño ya no se sacia con la leche sola.
El especialista en nutrición infantil recomienda iniciar las papillas con frutas como manzana, pera, plátano, las cuales, aportan minerales y vitaminas, además de tener un efecto levemente laxante.
Señala que las verduras se deben añadir a los siete meses de edad, y que deben ser frescas o de preparados comerciales, porque aportan hierro, vitaminas y minerales. Por su parte, las carnes son fuente de proteínas, hierro y vitaminas, y se pueden integrar a los ocho meses, pero el pequeño las acepta mejor si se mezclan con otros alimentos.
En cuanto a las pastas, arroz, pan y otros cereales, explica que tienen esencialmente un valor calórico, por lo que no se deben introducir en la dieta del niño hasta que no hayan sido “aceptados” los demás alimentos. Por ultimo después del año se recomienda integrar la dieta familiar agregándole huevo, cítricos, pescado, chocolate, entre otros.
¿Cómo hacerla?
El pediatra explica que la técnica de preparación es con mucha higiene, lavar adecuadamente el alimento y cocer con poca agua sin endulzar o condimentar. Se pueden pasar por el colador y disminuir su densidad con un poco de agua de la misma cocción o utilizar un procesador de alimentos o licuadora.
“Las papillas del bebé pueden prepararse de cereales, frutas, hortalizas, carnes, leguminosas, es decir, prácticamente de cualquier alimento, pero dependiendo de la edad del niño, la introducción de alimentos sólidos deberá de iniciarse a los seis meses ofreciendo pequeñas cantidades e incrementando de acuerdo a la tolerancia del bebé. Conviene ofrecer la misma comida todos los días hasta que el niño se acostumbre a ella e introducir nuevos alimentos cada semana”, comenta Pérez Canedo.
Al alimentar al bebé es importante seleccionar una cucharilla pequeña. La papilla se debe calentar a baño María, que quede tibia, pero no se recomienda el horno de microondas porque pueden producir quemaduras de los labios y la lengua con el alimento demasiado caliente.
“El horario debe ser el convencional, se inicia con probaditas de 1 a 2 cucharitas y se incrementa según la demanda del niño, el apetito es el mejor indicador de la cantidad adecuada y respetando sus deseos se evitan muchos problemas”, dice el especialista.
Señala que en ocasiones al iniciar los alimentos sólidos el niño suele empujar el alimento con la lengua hacia afuera en lugar de tragarlo porque todavía no puede deglutir con normalidad, lo que la madre puede interpretar como rechazo al alimento, sin embargo, se trata de algo normal y la mamá debe intentarlo nuevamente.
El pediatra dice que otro error típico es ofrecer alimentos hipercalóricos, con lo que se favorece la obesidad del bebé. Indica que los problemas alimentarios mas frecuentes del niño son: alimentación insuficiente, alimentación excesiva, regurgitación y vómitos, diarreas, estreñimiento y cólicos.