Progreso. Los menores jugarán con libertad y elevarán su productividad escolar; será un alivio para los padres al ver mejoría en la salud de sus hijos, expresó Alejandro Campa Avitia, secretario de Salud.
Hasta por 10 años se retrasará el progreso de la diabetes mellitus tipo I en cinco niños, lo que les permitirá poder llevar una vida activa, debido al uso de las microinfusoras, las cuales simulan las funciones del páncreas, donadas por los Servicios de Salud de Durango (SSD).
Jesús Jáquez Domínguez, director de la Clínica de Diabetes, exclamó que las microinfusoras vienen a revolucionar la estrategia de tratamientos de diabetes con los que cuenta el Estado.
La Clínica de Diabetes atiende a 20 menores con diabetes tipo I, de quienes en esta primera ocasión a cinco se les entregaron sus aparatos; el resto está comprometido para meses próximos.
DIABETES TIPO I
Casi la totalidad de los menores con diabetes padecen la de tipo I, la cual es un padecimiento de nacimiento en el que el páncreas no funciona bien y no produce insulina que, entre otras funciones, se encarga de metabolizar el azúcar.
El Director de la Clínica de Diabetes comentó que no se conoce aún la prevalencia de la enfermedad en la población infantil debido a que el nosocomio no atiende a la población total con la enfermedad, a nivel mundial; se sabe que de los pacientes con diabetes solo el 10 por ciento es de tipo I.
¿QUÉ ES UNA MICROINFUSORA?
La bomba, o microinfusora, realiza las funciones normales del páncreas, como si fuera el de una persona sana que produce insulina, describió el especialista.
El aparato será utilizado durante toda la vida, se convertirá en parte del cuerpo y los menores podrán llevar una vida lo más normal posible al hacer deporte, estudiar, salir y comer.
La microinfusora proporciona la dosis adecuada de insulina para metabolizar el azúcar ingerida con cada alimento.
Los menores serán capacitados por los Laboratorios Roche esta semana; la línea de atención estará disponible día y noche, además de la asesoría de la clínica local.
Cada microinfusora tuvo un costo de 7 mil dólares, a los que se suman los gastos de agujas, catéter y la insulina ultra-rápida; no se utiliza la común pues mantendrá los niveles de glucosa óptimos de manera permanente.
