Minimizada por la empresa cementera la denuncia penal interpuesta en su contra por los propietarios de un hotel de la cadena City Express en Veracruz, quienes reclaman daños y perjuicios por 50 millones de pesos por la venta de materiales de mala calidad, Cementos Mexicanos ya tiene otro frente en su contra.
Hete aquí que el juzgado Tercero de Distrito en Materia Administrativa de Nuevo León sobreseyó una solicitud de amparo interpuesta por la firma con sede central en Monterrey contra una resolución de la Comisión Federal de Competencia que la ubicaba como presunta responsable de prácticas monopólicas relativas.
Y aunque la compañía encabezada por Lorenzo Zambrano puede aún recurrir a un Tribunal Colegiado para apelar la decisión, parecería misión imposible la marcha atrás, dado que fue el propio juez que había otorgado el sí, quien decidió modificar su criterio. El escenario le abriría las puertas a la instancia en lucha contra las prácticas monopólicas para seguir adelante con el procedimiento abierto tras la redacción de un oficio de presunta responsabilidad contra la cementera girado en marzo de 2009.
De agotarse éste bajo la ruta que presume el dictamen preliminar, Cemex no sólo sería acreedora de una millonaria multa, sino se colocaría una alfombra para que los afectados interpusieran una demanda civil reclamando una indemnización de 10 millones de dólares por daños y perjuicios.
Lo peor del caso es que en paralelo Cemex tiene pendiente otro proceso por el mismo asunto, sólo que en este caso por prácticas monopólicas absolutas, es decir el delito mayor previsto por la Ley Federal de Competencia Económica.
La multa, pues, tendría al menos un dígito más. El expediente, lo adivinó usted, remite al caso Mary Nour, el barco-silo griego de bandera panameña que vio frustrada su posibilidad de descargar 27 mil toneladas de cemento ruso para venderse en el mercado nacional, ante una serie de maniobras no sólo de Cementos Mexicanos, sino de Holcim-Apasco, Cementos Moctezuma y Cementos Cruz Azul.
La firma importadora, Comercio para el Desarrollo Mexicano, encabezada por Ricardo Alessio, y aliada a la española Tradeland Commodities y la griega Sikro Holdings, debió poner proa al regreso del navío, tras varios meses de espera frente al puerto de Tampico.
La compañía importadora, en la que cabían tres ex ejecutivos de Cemex, tenía ya dos clientes en el país, que se quedaron esperando el pedido.
La odisea se había iniciado desde semanas antes, cuando tras haberse pactado un pedido con la empresa indonesa Semen Padang, filial de Semen Gresik, ésta se negó a surtirlo al saber que su destino final era México.
En aquel entonces Cementos Mexicanos era dueña de 25% de la firma.
No podía, pues, quedar mal con su socio, por más que luego se metería en un formidable embrollo jurídico con éste, al negarse a reconocer un trato para venderle la mayoría del capital.
Ante la negativa, la negociación se enfiló hacia la compañía japonesa Sumitomo, quien también se negaría a surtir el pedido.
La tercera opción fue Rusia.
La idea de la importadora, naturalmente, era repetir periódicamente el numerito, para lo cual el barco-silo permanecería anclado en Tampico en calidad de bodega para almacenar la mercancía ante nuevos pedidos.
Naturalmente, la oferta hablaba de un precio inferior al que se vende el cemento en México.
Del dicho al hecho, sin embargo, Cemex le colocaría mil obstáculos a la ruta, vía recursos legales: que si el "Mary Nour" obstruía un canal navegable por el que cruzaban los barcos de la empresa para sus bodegas en el puerto; que los importadores no tenían sus permisos en orden; que los estibadores del puerto de Tampico se negaban a descargar...
Misión imposible, pues.
Total, el "Mary Nour" se regresó con su música a otra parte, iniciándose un proceso por prácticas anticompetitivas que lleva en la mesa el escándalo de siete años. El desenlace estaría próximo.
Por lo pronto, decíamos, ante la acusación de que debió derrumbarse la construcción que se califica de "muy avanzada" de un hotel de Veracruz, al comprobarse la inconsistencia del cemento utilizado, Cementos Mexicanos minimizó el asunto, señalando que el problema fue sólo con uno de los colados, calculando el daño en 90 mil pesos.
En el embrollo, como le informamos en este espacio, el juez Quinto de Primer Instancia del Distrito Judicial de Veracruz libró cuatro órdenes de aprehensión contra directivos y ejecutivos de la cementera, entre ellos su presidente, Lorenzo Zambrano.
De hecho, fueron apresados el director general y el gerente de la firma en Veracruz, por más que horas después saldrían bajo fianza.
Lluvia sobre mojado contra Cemex.
BALANCE GENERAL
La noticia es que el caso MexLub, la empresa de capital mixto integrada por Impulsora Jalisciense, Banorte y Petróleos Mexicanos, está haciendo agua por todos lados. Ahora ya no es sólo la paraestatal quien reclama daños y perjuicios, sino los propios socios de la empresa encabezada por Salvador Martínez Garza.
La denuncia concreta de éstos es que no se les han entregado dividendos desde hace siete años, es decir a partir de 2004.
Mexicana de Lubricantes se defiende señalando que la omisión es responsabilidad de Pemex, al no acudir a las asambleas que se han convocado justo para avalar los resultados de 2004 a 2011.
Según ello en el lapso se ganaron 571 millones.
El problema es que la empresa pública no reconoce como válida la cantidad, dado que los productos de la compañía se venden en exclusiva en su red de gasolinerías.
Las plantas desincorporadas por Pemex tenían una facturación de 246 millones de dólares al año. Ahora que, reales o balines, las ganancias no llegan a los socios privados.
BACHOCO EN RECTA FINAL
En los próximos días la Secretará de Economía resolverá si avala o no la denuncia planteada por el Grupo Bachoco de la familia Robinson Bours contra lo que supone una práctica de "dumping" o precio inferior al de su propio mercado de las empresas estadounidenses que importan pollo al país.
De castigarse a las firmas en el banquillo, éstas tendrían que pagar un impuesto compensatorio que encarecería las piernas y muslos que llegan por la frontera norte.
El asunto es delicado, dado que México sólo produce la mitad del pollo destinado al consumo interno, por lo que se hace indispensable la importación. El precio a que llega éste equilibra los que impone a su vez la firma con sede central en Sonora. La única opción para la mayoría de las familias nacionales de integrar a su dieta proteínas animales es el pollo, cuya carne es la más barata del mercado.
El gol de Bachoco, pues, sería contra el país.
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