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Lo padece uno, se tratan los dos

SEXUALIDAD

Lo padece uno, se tratan los dos

Lo padece uno, se tratan los dos

Psicólogo Sexólogo Silvestre Faya

Aunque muchas de las infecciones genitales se adquieren por razones ajenas al contacto sexual, numerosas personas ocultan a su pareja cuando se enfrentan a uno de estos padecimientos, con lo cual sólo consiguen poner en riesgo la salud de ambos.

La vergüenza y el prejuicio son malos consejeros en la vida de pareja, pueden llevar al ocultamiento de alguna infección en los genitales, provocando con ello el contagio del compañero y la reinfección al no tratarse adecuadamente.

Estas infecciones suelen manifestarse con síntomas como comezón en el pene o la vagina; alguna secreción de color u olor extraño por la uretra o la vagina; sangrado al momento de tener un encuentro sexual; aparición de llagas, granos o ampollas en los órganos reproductores; o dolor en la pelvis durante la relación sexual.

Cuando él o ella experimenta uno de estos malestares y no comunica a su ‘otra mitad’ lo que le está pasando agravará la situación, exponiendo a su amante y a sí mismo a riesgos de salud todavía mayores.

LAS CAUSAS SON MUCHAS

Linda, de 25 años, siempre presumió de ser una mujer saludable y muy responsable de su bienestar físico. Su cuidado personal incluía de manera constante una escrupulosa limpieza vaginal y la visita periódica al ginecólogo. Su mundo era predecible: “Está usted bien”, repetía invariablemente el doctor.

Sin embargo algo diferente ocurrió en los días previos a su más reciente revisión clínica. Una sensación de ardor genital, acompañado de una secreción la había estado incomodando. Cuando el especialista le dijo que tenía una infección y la interrogó sobre su vida sexual en relación a este padecimiento, ella no encontró ningún elemento que la hiciera entender cómo se había enfermado. El médico le explicó que algunas parejas tocan a sus parejas en la intimidad sin haberse lavado las manos, lo cual puede acarrear diversas infecciones. Era evidente entonces que se había contaminado por su práctica sexual y debía hablarlo con su pareja, a fin de que él también se examinara y en caso necesario recibiera un tratamiento, evitando de este modo estar transmitiéndose mutuamente la afección a la hora de gozar en la cama.

Debemos considerar que no todos los padecimientos en la zona genital son contraídos por vía sexual; pueden deberse a contacto con objetos contaminados o producirse al no observar apropiadas medidas de higiene, entre otros motivos. Las principales causas son:

-Aseo incompleto o inadecuado de los genitales.

-Traer las manos y las uñas sucias.

-Usar la misma toalla de manos sin lavarla con frecuencia.

-Utilizar ropa interior apretada.

-Acostumbrar sacarse la ropa interior con los zapatos puestos.

-Poner papel sanitario por tiempo prolongado sobre los genitales, manteniendo el calor y la sudoración.

-Consumir antibióticos de manera excesiva, pudiendo provocar la proliferación de hongos en el cuerpo.

-Tener coito con alguien infectado.

-En las mujeres, al ir al baño, limpiarse desde el ano hacia la vagina.

HABLÁNDOLO EN PAREJA

Quien desea lograr una satisfactoria relación de pareja necesita ser honesto consigo mismo y con su compañero. Ambos requieren de conocer la existencia de recursos para alcanzar la plenitud sexual y uno de ellos es mantenerse alejados de una infección. Si después del encuentro sexual experimenta incomodidad para orinar como ardor o flujo, cambios en la coloración de la orina o sensación de fiebre, inmediatamente coméntelo con su cónyuge.

Si presenta síntomas de infección, olvídese de automedicarse. Recurrir a los antibióticos que le sobraron a usted, a algún amigo o miembro de la familia (recetados para combatir otra enfermedad) solamente contribuirá a hacer resistente al agente causante de su problema. Por lo tanto no se autorrecete, acuda con un especialista calificado y siga el tratamiento durante el tiempo que se le indique y de manera completa, aun si los síntomas desaparecen en pocos días.

Pero sobre todo recuerde que la vida sexual es en pareja y de la misma forma hay que acudir a consulta médica: la revisión los incluye a los dos aunque alguno no presente síntomas. Igualmente, el tratamiento con frecuencia se aplica a él y a ella con las reservas que se requieran, tomando en cuenta que una mujer embarazada o lactando tiene ciertas restricciones, al igual que quienes tienen tuberculosis, diabetes u otras enfermedades.

SALUD Y CONFIANZA

El tratamiento oportuno y temprano siempre será más sencillo y menos costoso que la remediación a destiempo. La actitud hace la diferencia. Las parejas que desean complementarse tienen una comunicación franca. El hecho de sufrir una infección genital no indica infidelidad ni deseo de dañar. Pero no informarla es una acción que finalmente quebrantará la confianza del compañero. El coraje de saberse infectado, la impotencia ante el diagnóstico y la rabia contenida lastimarán tal vez de manera permanente la relación de los amantes.

La salud sexual es fundamental para el goce y disfrute de la intimidad. No acepte la negativa de su cónyuge a realizarse una revisión médica en este aspecto. No hacerlo podría llevarlos a dejar pasar el tiempo oportuno de tratar una enfermedad que cambie radicalmente el panorama de sus vidas. Aquél que ama a su pareja cuida su bienestar total, incluyendo la salud de su sexualidad.

www.sexologosilvestrefaya.com

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