En la cuestión hídrica regional también se ventila un avance importante con la recuperación del bosque en la parte alta de la Cuenca del Río Nazas, área beneficiada con el pago de servicios ambientales a sus dueños con la finalidad de evitar continúe la deforestación; es posible que el esquema de gestión del proyecto irritila logre apoyo ciudadano si se amplía su difusión, aunque quienes deben aportar más de lo que hasta la fecha han hecho son los grandes usuarios del agua, particularmente de los volúmenes subterráneos.
A la par de las dos acciones importantes que se vienen realizando con respecto a la problemática de sobreexplotación del acuífero principal (la recuperación del bosque y la filtración del agua bombeada para uso doméstico), se espera contar con el Programa de Gestión de la cuenca, donde se delinearán directrices sobre el uso del agua y los ecosistemas, algo que esperamos sea un ejercicio más allá de la planeación en esta materia, puesto que aún no se ven posibilidades reales de atender en forma directa dicha cuestión, de ahí que se espera persistan sus consecuencias sociales y ambientales; ojalá que este 2011 cuando menos se pueda concertar la aplicación de medidas más trascendentales y no llegar a actos de autoridad que obliguen a reducir la extracción.
Otro asunto pendiente que esperamos en este año cambie es la percepción y postura oficial en la atención de los espacios protegidos locales, en particular sobre la Reserva Municipal de Jimulco y el Parque Estatal Cañón de Fernández. En el caso de la primera, se entendió la resistencia de algunos funcionarios clave de la nueva administración torreonense a aceptar un esquema ciudadano-institucional de gobernanza en la gestión de esta área, quizá por desconocimiento del mismo o por la inercia del proceso electoral, algo que finalmente parece se resolvió, no sin altibajos y regateos, pero es posible que este año se trabaje conjuntamente entre el gobierno local y los organismos que integran la Fundación Jimulco, en beneficio de la conservación de la riqueza biótica y del desarrollo de sus comunidades rurales.
Decimos finalmente porque si bien el año pasado solo se firmó un convenio de colaboración por seis meses que expresa implícitamente un reconocimiento oficial a dicho organismo como administrador del área protegida, por lo que es posible que el presente año se puedan establecer acuerdos de mayor alcance y converger en una sinergia en la que el gobierno municipal aproveche las capacidades que ofrecen las universidades, organismos empresariales y civiles para elaborar un plan que transforme a fondo las condiciones socialmente marginales de su población con un enfoque de conservación, asegurando continúe prestando servicios ambientales y se mejoren los de esparcimiento para la población urbana o foránea que la visite.
En el caso del Cañón de Fernández, también es posible que el nuevo gobierno estatal contemple una mayor atención hacia este espacio protegido, como lo expresó el nuevo titular de medio ambiente duranguense, a la vez de que se dé curso en el proceso de declaratoria de la Sierra y Cañón del Sarnoso, ampliando con ello la superficie regional con este estatus.
Este año también es posible se concrete el programa regional para enfrentar el cambio climático, el cual es liderado por el sector empresarial de la industria de la transformación el cual también debe aprovechar las capacidades que ofrecen las universidades y los grupos civiles para impulsar esa sinergia con las entidades oficiales; es importante que ya se obtenga el diagnóstico puntual de las fuentes y tipos de emisiones de contaminantes, particularmente de aquellas que inciden en este fenómeno global.
Adicionalmente, los laguneros esperamos avances y resultados en proyectos específicos que permitan mejorar las condiciones ambientales de la región, tales como el parque rivereño y el bosque urbano, se inicie la reforestación del viejo relleno sanitario en Torreón, se habilite la planta tratadora oriente y se contemple el relleno sanitario en Gómez Palacio, entre otros.