Mercedes Clase E, favorito de las mujeres.
La industria automotriz y la mujer han tenido una estrecha relación a lo largo de la historia, aunque los fabricantes siguen sin dar en el clavo sobre las preferencias de las mujeres a la hora de comprar un coche.
En sus inicios, la industria automotriz incorporó la imagen de la mujer como un elemento iconográfico que transmitía la imagen de progreso, en torno a valores como la independencia y la modernidad. Desde entonces aparecen en anuncios, carteles y pinturas, al volante de sus vehículos en actitudes elegantes y seductoras, aunque dicha estrategia ha sido calificada por los especialistas con poca y nula llegada al target femenino.
Algunas compañías reconsideraron seriamente el problema tras los informes en los Estados Unidos del Consumer Reports y las estadísticas de la General Motors que indicaron entre otros aspectos que las mujeres influyen en más del 80% de las decisiones de compra de vehículos nuevos y en general en el 44% en los autos familiares. Esto implicaría, por ejemplo, que en México las mujeres fueron determinantes en la compra de más de 83 mil vehículos el año pasado.
En el viejo mundo los estudios señalan que un tercio de los autos que se venden son comprados por mujeres, mientras que otro tercio lo hacen hombres pero para sus mujeres, sean éstas sus esposas, madres, hijas, etc. En definitiva actualmente se considera a las mujeres como consumidores muy importantes.
Entonces surge la vieja interrogante sobre cuál es el tipo de mensaje que debiera encantar a las mujeres como un segmento poderoso del mercado y cuál debiera ser el vehículo ideal para ellas. Diversos estudios de mercado han dado la pauta para que la industria resuelva estas necesidades con productos adecuados al gusto femenino.
Las motivaciones básicas
A la hora de que las mujeres deben escoger un vehículo, las motivaciones son la seguridad, confiabilidad y precio. Otras características secundarias son las soluciones inteligentes de almacenamiento, visibilidad, poder de personalización, mantenimiento mínimo y beneficios como facilidad de manejo y para estacionar.
Quienes llevan la delantera han sido las empresas cuyas campañas han incorporado la moda y el glamour, además de la preocupación por la salud en diseños atrevidos, futuristas y audaces en colores claros y luminosos como el verde melón, plateado y el rosa; orientado todo a un público joven dentro del mundo femenino. En síntesis: autos bonitos para mujeres que sueñan estar producidas como reinas.
El Ford Mustang Pink Edition, por ejemplo, es una versión especial para féminas cuya venta está destinada en su totalidad a la investigación del cáncer de mama para la Fundación Susan Komen for The Cure.
En tanto, el Porsche 911 Turbo Cabriolet es un modelo exclusivamente fabricado para las mujeres top. El Volvo YCC fue inspirado y diseñado para las ejecutivas de la empresa con el concepto “independiente y profesional”, mientras que el Lancia Ypsilon Elle (que anuncia la ex modelo y primera dama de Francia, Carla Bruni) es el auto top fashion que al igual que el Fiat edición 500 Barbie –ambos con sensor de aparcamiento-, están pintados de un vetusto color de rosa. Se trata de ediciones limitadas y ultra onerosas.
En diferentes foros y encuestas de opinión se señalan como los autos preferidos por ellas otros menos glamorosos y prácticos... y ojalá más rápidos como el Mini Cooper, el Audi TTS, Rinspeed UC, Volvo V70, Mazda MX-5 Miata, el Volkswagen Beettle, el Ford Focus, Subaru Forester, Toyota Camry y por supuesto los Mercedes clase E.
Muchos todavía se sorprenden de que las mujeres se atrevan a personalizar sus autos para mejorarlos y que compartan y busquen los mismos aspectos que los hombres, como los alerones aerodinámicos, llantas anchas, excelente sonido o cromados especiales. Lo que sí está muy claro es que la decisión de compra de las mujeres casi nunca es impulsiva y tiene que estar fundamentada en datos e informes comprobables. Los estudios señalan que las mujeres emplean en promedio dos meses antes de decidir la compra de un coche.
Angela Hoces Sauvat.
“Mi marido cree que conduzco mal y que podría ser un peligro para los niños y por eso me tiene manejando una minivan. Si tengo que manejar un tanque de guerra, en todo caso que sea una Hummer”. Testimonios como el de Melissa, un ama de casa de 36 años, dan cuenta que la elección de un auto familiar es más bien una decisión de ellos, basados en prejuicios fuertemente arraigados.
Las estadísticas han desterrado el mito de que el mercado automotriz era tradicionalmente masculino, sin embargo los publicistas siguen sin comprenderlo bien. En sus esfuerzos por cautivar al segmento femenino han ignorado el hecho de que en 108 años de industria las mujeres no han visto otra cosa más que publicidad para hombres, de modo que a nadie sorprende que el auto más vendido a las mujeres en los Estados Unidos sea el Jeep Wrangler cuyo concepto de venta es la autonomía y la rudeza. En suma, la publicidad ha logrado que el auto que ellas quieren sea el auto de los sueños de ellos.
Es por eso que a marchas forzadas la industria automotriz está intentando hacer productos específicos y exclusivos para las mujeres y así darle forma a su target con, por ejemplo, el auto rosa. Las campañas están en fase decididamente experimental, a manera de ensayo y error para dar con las claves de un mercado que tiene diferentes tipos de perfiles: hay mujeres conservadoras, liberales, modernas, románticas, hippies, etc.
Vender a las mujeres no debería ser diferente de vender a los hombres pero hay aspectos sutiles que son importantes. A ninguna mujer le gusta que le queden cortas las piernas o tener que manejar colgando del volante, por eso apenas los fabricantes están diseñando asientos apropiados o portamaletas y puertas fáciles de abrir.
En la publicidad es la primera vez en que el comerciante se dirige frontalmente a las mujeres, mostrando el auto inteligente que se estaciona solo mientras una se retoca tranquilamente el maquillaje y no es de extrañar que el mensaje llame poderosamente la atención aunque todavía cuente con un sesgo machista que es en definitiva la forma en que los publicistas advierten a la mujer de hoy.
La verdad es que los estudios dan cuenta de que las mujeres preferimos los autos veloces, en los que podamos llevar la cabellera al viento; en lo que se equivocaron es en el rosa, cualquier teoría del color diría que definitivamente es el rojo.
¿De qué color?
Según los especialistas en marketing de autos, el blanco y rojo son los colores más demandados por las mujeres.
Si bien muchas compradoras se dejan llevar por la paleta de colores que ofrecen las diferentes marcas, el más recomendable por seguridad es el gris plata o metalizado. Este color disminuye en un 50% el riesgo de accidentes.
El azul, el gris, el amarillo y el rojo poseen un factor medio de seguridad, mientras que los más inseguros son el café, el negro y el verde, según un estudio hecho por la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda.
Un color claro refleja la luz más de lo que la absorbe. Las superficies claras reflejan entre un 60 y 80 por ciento más que las oscuras, que reflectan un 30% de la luz.
Datos femeninos
Aunque el empresario alemán Karl Benz fue el primero en recibir un permiso de circulación, fue su esposa Bertha Benz la primera persona en conducir un automóvil para cubrir la ruta entre las ciudades germanas de Mannheim y Pforzheim, en 1888.
En 1904 se fundó en Inglaterra el primer club de mujeres automovilistas: el Ladies Automobile Club.
Arabia Saudita es el único lugar del mundo en que existe la severa prohibición para que las mujeres conduzcan cualquier clase de vehículo.
La piloto estadounidense Danica Patrick llegó tercera en el Indy Car 500 del 2009, mientras que la venezolana Milka Duno logró la mejor posición histórica de una mujer en las 24 horas de Daytona.