La penuria completa, si por las circunstancias de siempre La Laguna ya sea la de Durango o de Coahuila, nunca ha recibido el trato equitativo de los respectivos gobiernos estatales, ahora las condiciones son todavía peores.
La sui géneris posición geográfica de la Comarca Lagunera, que goza de identidad propia a los lados del río Nazas, fuente de nuestros orígenes, a la natural división que provocan los sendos márgenes del río. Por supuesto que esta separación geográfica natural del lecho del río nada tiene que ver, a diferencia de la situación política, donde estamos divididos entre Coahuila y Durango, con cuyas capitales nunca se la logrado tener la empatía suficiente para el desarrollo y entendimiento equitativo que se debiera.
La Laguna es la novena zona metropolitana a nivel nacional, estamos detrás del Distrito Federal y su zona conurbada del Estado de México; Guadalajara, Monterrey, Puebla, Toluca, Tijuana y León nos anteceden. Pero de ahí, los laguneros somos uno de los diez centros poblacionales en la república y para nada recibimos la atención correspondiente.
Antes peor, si ya de suyo éramos los olvidados, la política coyuntural nos tiene en la plena lona. Por el lado de Coahuila, ahora con el destape de la multimillonaria deuda de casi 34 mil millones de pesos, parte de la cual presuntamente se contrajo de manera ilegal, hay que añadirle que quien encabezó el gobierno deudor, Humberto Moreira, es hoy presidente del PRI nacional. Y justamente este escándalo de los empréstitos exorbitantes contraídos, es hoy instrumento de ataque a nivel federal entre los intereses de los partidos políticos que están ya inmiscuidos en la sucesión presidencial de 2012. Esto es, que la consigna del PAN, que tiene como precandidato oficialista al secretario de Hacienda y Crédito Público, Ernesto Cordero, haya sido precisamente él quien denunciara el monto de endeudamiento de Coahuila mucho más para atacar a Moreira y al PRI que para defender al estado.
Esto necesariamente hará que el gobierno que asumirá el hoy gobernador electo Rubén Moreira, estará más que nunca observado con lupa por parte de la federación gobernada aún por el PAN, lo que podría significar un recorte o retraso en la entrega de las participaciones a las que por ley se tiene derecho.
En otras palabras, si cuando hubo dinero a manos llenas, por el flujo natural por un lado, y por otro lado por la deuda contraída, Torreón nunca recibió lo que le correspondía de Saltillo, ¿qué se podrá esperar ahora que los presupuestos estatales sean menores a los de estos últimos cinco años? El escenario no puede lucir peor en este aspecto.
Ahora bien, por el lado de Durango, la cosa tampoco está en un lecho de rosas. Al igual que Torreón, Gómez Palacio y Lerdo (donde nunca pasa nada) tienen que sufrir lo que los tiempos electorales marcan. Ricardo Rebollo llegó a la presidencia en 2007, y soñó en convertirse gobernador. El resultado, además de la frustración por no llegar, le creó una rivalidad con el grupo de los Herrera. Ricardo se fue a la Cámara de Diputados en 2009 y desde ahí compitió con el hoy gobernador Jorge Herrera. El saldo si bien fue de perdedor, sí le alcanzó para dejar como alcalde sustituto a Mario Calderón y como sucesora constitucional - pasados por los respectivos comicios- a su hermana Rocío, pero hoy las rencillas parecen estar en el tono más alto y por varios frentes para el diputado federal que aspira a ser senador el próximo año.
Primeramente, a nivel Laguna Ricardo quiere lo mismo que Leticia Herrera Ale, la senaduría, y es evidente que sólo habrá un lugar, uno de ellos quedará fuera. Pero eso no es todo, el grupo del gobernador no ha olvidado la lucha que sostuvo con Rebollo y no están dispuestos a dejarlo llegar a la Cámara Alta. Ricardo a su vez, aparentemente tiene una relación cercana con el profesor Humberto Moreira, y confía en que éste le dará el hueso que anda buscando aun en contra de la voluntad del gobernador duranguense.
Todo este vericueto entre políticos, hace que las reales necesidades de la ciudadanía pasen a segundo término, y por eso a seguirse fregando los laguneros.
La cereza del pastel de la desventura que estamos viviendo, es que si bien la balacera ocurrida a las afueras del estadio de futbol cuando se realizaba el partido entre Santos y Morelia, nos dio notoriedad mundial como una zona de violencia desbordada, al menos se pudo pensar que esto atraería la atención del presidente Calderón y si bien estaríamos devaluados como ciudad, al menos esto podría atraer el mayor número de policías federales y al ejército para contener la ola desalmada de asesinatos y balaceras, sin embargo, vino la tragedia del casino en Monterrey y la poca atención que recibíamos rápidamente se dirigió a la Sultana del Norte, y de nuevo La Laguna desamparada por todos. No cabe duda que sin deberla, somos los apestados.
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