Los detalles en tu relación
La calidad en las relaciones de pareja incluye que sus integrantes conserven viva una costumbre iniciada en el noviazgo: tener ciertos detalles uno con el otro. Es una tarea que entusiasma cuando se está con la persona elegida, la única entre todas en el sentido de la entrega, la libertad y la responsabilidad.
Algo así como 200 años son los que lleva el hombre de ejercer la elección individual de una pareja. Antes la decisión brotaba de la familia y de la comunidad. Es apenas un pequeño instante en el tiempo de la evolución humana y un momento enorme, por su trascendencia, para la persona en solitario.
Múltiples factores inciden sobre el proceso y se sintetizan en una respuesta afirmativa o negativa, que acepta o rechaza la inauguración del lazo que para nosotros cuenta y marca la diferencia. Engancharse con alguien resulta sencillo en demasía, la tentación de hacerlo está por todas partes: en la publicidad consumista, en la cosificación de la gente y en la comercialización de lo gratuito. El antídoto del enganche consiste en cimentar un vínculo entendido como encuentro y permanencia basados en la libertad responsable. Aquí se construye ‘el negocio del siglo’, con una inversión mínima y una máxima ganancia. Para mantenerlo es preciso no perder de vista la importancia de tener ciertos detalles hacia el compañero de vida.
ENTRÉGATE
El detalle mayor radica en la entrega. Esa que inicia en la locura del enamoramiento con sus acciones inéditas, el apasionado atrevimiento y la ciega terquedad de quien focaliza su mirada. Lo que sucede en dicha etapa no puede ser referencia para el porvenir, ya que todo está dispuesto para lograr el objetivo de encontrar al individuo que disfrute al sintonizar con nuestro canto. Es recomendable esperar a que la tolvanera pase y el paisaje recupere la claridad con sus virtudes y defectos. Ya con el horizonte ampliado, el corazón tibio y el cerebro fresco, se puede discernir mejor sobre el lugar del otro en un futuro común.
El fin de las atenciones seductoras de la primera fase, representadas principalmente por cosas que adornan como flores, alhajas y canciones, abre paso a los detalles de la convivencia promotores de la intimidad, como los espacios para degustar un buen platillo, refrescar con la bebida, disfrutar del cine, abrir la conversación y guardar silencio. Es este el tiempo bueno para cerrar el ciclo del noviazgo, valorar la apertura del compromiso y si se asume, convertirlo en acto. Ahora es el momento en que llegan los detalles ‘sólo para iniciados’, resultantes de una voluntad que reconoce la bendición del bien común y que se presentan en la administración saludable del dinero, la satisfacción conyugal y el reto de preferencia planeado y deseado de inaugurar la descendencia.
Idealmente la primera etapa en la ruta del detalle consume con un fuego abrasador, dejando a los ‘palomos’ agotados en sus recursos físicos y económicos, aunque con un ‘vaso lleno’ en el sentido psicológico. La segunda disminuye las finanzas y acrecienta lo físico y lo psicológico, siempre y cuando se mantenga un límite que permita disfrutar la insistente convivencia. La tercera lleva la vida a las alturas, con incrementos en todo: lo físico, lo económico y lo psicológico.
Así, los detalles se convierten en un factor fundamental para la plenitud de la existencia. Ello implica disciplina para lograr un cuerpo sano, una bolsa suficiente y una mente brillante. El paso de un ciclo a otro cambia el predominio de los nuevos detalles sin eliminar la presencia y el valor de algunos de los regalos precedentes. Una alhaja es buen obsequio en cualquier fase pero pasa de significarlo ‘todo’ en los comienzos a ser un hermoso complemento en el resto de la ruta, ya que nunca suplirá la dicha de convivir ni el júbilo de la salud, la tranquilidad de vacacionar sin deudas ni el testimonio de una vida con límites para los hijos.
PERSEVERA
Los detalles son simbólicos, representaciones del sentir y del pensar en torno al otro. Expresan “todo el amor que te tengo”, en sus cambiantes manifestaciones, durante las tres etapas señaladas, por ejemplo en la joya del noviazgo o compromiso, en los paseos de los recién casados y en los viajes de los que llevan años compartiendo la vida.
Una pareja enganchada abandona poco a poco los detalles y puede recurrir a la violencia para reforzar la atadura. Por el contrario, la pareja vinculada evoluciona en sus atenciones desde la decisión libre y responsable de quien está porque quiere y no porque tiene que estar.
Es importante una palabra en torno al trámite de los detalles. Hay gente que no acepta sorpresas, unos más las tienen como prioritarias. Nadie está obligado a conocer con precisión los gustos del otro, menos aún sus fluctuaciones. Así se evitan ocasiones turbulentas y se transita con mayor probabilidad de éxito. Es recomendable una programación básica en los detalles, en especial cuando requieren dinero y tiempo. También lo es poner en su lugar a las expectativas, auténticas apuestas para traer el riesgo a lo esencial. La actitud fundamental encuentra un buen resumen en la expresión: “De mí lo espero todo, de ti no espero nada”. Así la entrega personal es total, concentrada en ofrecer lo mejor y alejada de una relación estilo ‘compra-venta’, donde se recibe exactamente lo que se da. El mérito de amar es darse al otro y perseverar en ello para siempre.
Correo-e: juanmanuel.torres@iberotorreon.edu.mx
Las cosas pequeñas, si se ponen juntas, son más grandes que las grandes.
Henri Barbusse, periodista francés (1873-1935)
La tendencia humana a juzgar importantes las pequeñas cosas ha producido muchas cosas grandes.
Georg C. Lichtenberg, científico alemán (1742-1799).