Durango

LOS ERRORES DEL INVIERNO. A SIMPLE VISTA

LUIS E. LOZANO

El frío de los últimos días en Durango fue inusual: pocas veces hemos vivido tales temperaturas. El antecedente más inmediato de los daños sufridos -más de seis mil tuberías rotas con las heladas- se remonta a 1997. Pasaron 14 años para que los duranguenses sufrieran un temporal de verdadera intensidad.

Sin embargo, desgraciadamente, es algo que tarde o temprano volverá a pasar. Nos lo vienen diciendo los expertos desde hace un buen tiempo; el cambio climático llegó y sus efectos son cada vez más tangibles.

Los problemas generados por la tercera tormenta invernal, además, son el reflejo claro de que no estamos preparados para enfrentar ese tipo de contingencias.

Sí, las autoridades reaccionaron de la mejor manera: un operativo inmediato de entrega de cobijas, auxilio a los propietarios de casas con infraestructura hidráulica dañada, traslado a indigentes a los albergues.

Pero, ¿son esas situaciones que se deberían presentar? No.

La pobreza se asomó tal como es: más de 50 mil familias requirieron algún apoyo. Ya en cobijas, despensas o láminas, se vieron urgidos a hacer algo para mitigar las bajas temperaturas. Sin temor a equivocarme, puedo asegurar que si dentro de 12 meses ocurre algo similar, 50 mil cobijas se vuelven a entregar.

Los programas para combatir la pobreza están funcionando a cuentagotas:su inoperatividad ha llegado a tal grado, que en muchos casos se convirtieron en dádivas entregadas por las autoridades.

Y es que el gobierno -en cualquiera de sus órdenes- está más optando por el populismo que por los programas de verdadera participación social: el recurso destinado a la entrega de gratuita de materiales o insumos es mucho mayor que el de la promotoría del autoempleo o el empleo temporal.

Sin embargo no solo el gobierno está mal: también nosotros. ¿Cómo quejarme si no fui capaz, siquiera, de colocar en la tubería de mi hogar una capa de recubrimiento, del material que sea?

En los últimos años -por cirtar un ejemplo- Aguas del Municipio de Durango se ha deshecho en invitaciones para que la ciudadanía proteja la infraestructura de su hogar. ¿Por qué todos nosotros, los afectados, no lo hicimos? Ahora acercamos al colapso a una dependencia que no tenía contemplado el gasto en esas reparaciones. Queramos o no, nos están haciendo un favor.

Otra carencia importante: la falta de un esquema para enfrentar las contingencias con recursos estatales. Desde la legislatura pasada, diputados locales vienen considerando la posibilidad de crear un Fondo Estatal, alimentado a partir de diferentes bolsas, que sirva para actuar de manera inmediata en los casos de emergencia.

Por alguna razón la propuesta no ha prosperado, pero vaya que hace falta. No está de más que los diputados actuales o el propio ejecutivo, reconsideren esa posibilidad, que no dejaría más que aspectos positivos.

De otra manera, la entidad se mantendrá eternamente esperanzada a que la Secretaría de Gobernación autorice recursos extraordinarios del Fonden, que regularmente llegan de manera tardía, o no llegan. Basta un ejemplo: con las lluvias de septiembre, se obtuvo una declaratoria de emergencia: el dinero no se ha recibido.

Ayer se aprobó la solicitud realizada para que se declarara en emergencia a los 39 municipios de la entidad; sin embargo es una suerte que no se correrá siempre. La experiencia dice que la mayoría de las veces no se han liberado apoyos esperados, lo que ha sumido en crudas crisis a campesinos, principalmente, y ha obligado a erogaciones no contempladas en los presupuestos estatal y municipal.

Es un buen momento, sin lugar a dudas, para que todos, sociedad y gobierno, prevengan. Los desastres empiezan a regularizarse.

DE REOJO//El titular de la Dirección de Pensiones del estado, José Antonio Ramírez Guzmán, deberá tomar cartas en un asunto: en las primeras horas del domingo -alrededor de las una de la mañana-, un grupo de jóvenes ingresó a las oficinas de la dependencia que coordina con bebidas de a litro en la mano.

Pensando inocentemente, asumo que sus vasos contenían champurrado, dadas las bajas temperaturas del momento, y que en realidad se quedaron a trabajar hasta altas horas de la noche.

Pero siendo malpensados, podría tratarse de todo lo contrario: no está mal que los muchachos se diviertan, pero consumir bebidas embriagantes en el interior de una dependencia no es correcto. Un poco más de cuidado.

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