LOS FALSOS APLAUDIDORES A SIMPLE VISTA
Federico Arreola es un tipo más honesto que sencillo: habla de sus logros, su carrera y sus proyectos presumiéndose a sí mismo, pecando un poco de narcisista. Pero lo hace con justa razón, tiene una trayectoria que lo respalda.
Fundador de Reforma y Milenio, "Don Fede" estuvo en la ciudad de Durango la semana pasada. Se reunió con un grupo de personas hasta hace no mucho desconocidas, usuarios activos de Twitter que poco a poco han descubierto la utilidad de la red social para enfrentar la vida diaria.
Al llamado acudió una treintena de personas, entre las que se encontraban un par de periodistas, algunos académicos y miembros de la sociedad civil. Niños, adultos, más adultos, hombres y mujeres.
La conversación, que se prolongó por más de dos horas, avanzó en escala ascendente: Arreola comenzó hablando de Luis Donaldo Colosio, personaje al que siempre se refirió como su mejor amigo. Habló de cómo, con ayuda de sus equipos de trabajo, colocó en la escena nacional un par de diarios; charló de sus actividades actuales y detalló la dimensión de su vínculo actual con Andrés Manuel López Obrador.
Ahora, según sus propias palabras, se dedica exclusivamente a "tuitear". Y se atreve a predecir parte del futuro de la herramienta.
Las elecciones intermedias del año pasado y las más recientes contiendas gubernamentales en los estados comienzan a generar visos de lo que a través de las redes sociales se podría desatar en 2012: una verdadera guerra.
En Durango, de hecho, eso ocurrió el año pasado en una escala bastante considerable. Los principales candidatos a la gubernatura integraron equipos informáticos para la colocación de sus propuestas a través de internet; pero no solo fue un uso en positivo: también se utilizaron mecanismos para el desequilibrio del contrario.
Hubo, incluso, periodistas que fuimos víctimas de ese tipo de ataques: mediante blogs y perfiles de Facebook, fuimos colocados como partidarios de alguna de las dos fuerzas principales, tratando de desestimar las críticas de algunos de nosotros hacia tal o cual candidato, según fuera el caso. Hubo de todo.
"Porros" informáticos les llama Federico Arreola, o "porros tuiteros", forma específica en que acuñó el término. Y son "ejércitos" que se encuentran en franco crecimiento, como en crecimiento está el sector de la sociedad que ingresa al internet cada año.
Aquí, son comunes los casos de "personas" que, amparadas en un rostro que difícilmente es el mismo que tienen en realidad, sirven a figuras específicas para resaltar sus acciones. Si el Gobernador -por ejemplo- entrega cierta obra de impacto social, comienzan a llover los comentarios de personas, hasta entonces desconocidas, aplaudiendo el supuesto beneficio que le está dejando a Durango con dicha acción. Algo así como las lideresas que, en los eventos públicos, se desgañitan gritando vivas para algún político. Lo mismo, pero por internet.
Somos cada vez más los ciudadanos que decidimos extender nuestra personalidad a alguna de las redes sociales o mediante el correo electrónico; somos entonces, vulnerables de convertirnos en víctimas directas -o colaterales- de esa guerra informática que se viene. Seguro pronto estaremos viendo que alguien -desconocido hasta entonces- nos agregue en nuestro perfil como un ser absolutamente real, que más tarde tratará de convencernos de que hay buenos y malos, pero no en el sentido leal de las campañas políticas. Nos mostrarán hasta lo que no. Y debemos estar enterados para cuando así ocurra.