Los médicos y su influencia social
Radiografía Política / El Factor Manuel Espino El episodio vivido el pasado miércoles, que manchó de sangre a la comunidad médica, golpea directamente el ánimo de los profesionistas de Durango, conllevando a la unidad de gremios en exigencia de respuestas contra la cuestionada autoridad persecutora del delito, cuyo titular, al parecer, "se sostiene de un hilo".
El poder del sector médico se deja sentir, imponiendo su preponderancia social para exigir a Ramiro Ortiz Aguirre, fiscal del Estado, el esclarecimiento de la muerte del ginecólogo Francisco Javier Roqueta, cumpliendo su advertencia con posturas radicales, como la suspensión de actividades -a excepción de algunas áreas como Urgencias-, para mostrarles a los altos mandos del Gobierno que no tolerarán impunidad en el caso Roqueta ni de otros galenos ultimados.
El gremio de la salud conoce sus alcances; no se puso en peligro la integridad física de personas que pudieran necesitar del auxilio en urgencias calificadas, dejando claro que no se arriesgará la vida de los pacientes, pero tampoco cederán en sus pretensiones, y evitar que el sector siga siendo castigado por la delincuencia. Aun así, es marcada la división que existe entre estos y la figura del Fiscal, haciéndose obvia la postura del representante del Colegio Médico, Eduardo Díaz Juárez, quien alude en su presentación ante medios de información no tener plena confianza en el trabajo de los representantes de la justicia, e incluso, cierta desaprobación a la labor de Ortiz Aguirre.
El ex Subprocurador de Justicia en el sexenio pasado hace evidente su falta de empape político y tacto social en sus declaraciones, sin exceptuar la falta de resultados de la Fiscalía General. Ante los reclamos admite rezago en miles de procesos judiciales; por ende, es blanco de constantes cuestionamientos mediáticos que estigmatizan sus desatinadas declaraciones.
En últimas fechas, casos como el de Leopoldo Valenzuela y Tierras Coloradas -de impacto nacional- pusieron al Fiscal al borde del precipicio; hoy, la presión social y el de la comunidad de bata blanca mantiene la posibilidad de darle el último empujón, si estos últimos mantienen los paros de labores, apuntando además hacia una crisis social.
La renuncia de Juan Soto Ledesma como vicefiscal ha obligado a pensar en la posibilidad de que al interior de la Fiscalía "la hebra se reventó de lo más delgado" e inicia una etapa de exigencia de resultados a mandos policiales a consecuencia de las presiones de un grupo influyente que tiene el respaldo de la ciudadanía y del Colegio de Abogados, quienes no soportarían la pérdida de un litigante más; precisan que suman ya 40 víctimas entre asesinados y secuestrados dentro de sus filas.
A pesar de que la ola de violencia es continua, en algún momento tenía que tocar fibras sensibles desatando la molestia de la comunidad capaz de movilizarse contra los responsables de brindar seguridad y garantizar la justicia.
Quedó solucionado el tema de la patente para vender bebidas de contenido alcohólico del restaurante "Esquilón", propiedad del exdirigente nacional panista, Manuel Espino. En la sesión de Cabildo de ayer, se aprobó el cambio de domicilio de una patente ya existente al restaurante de Espino Barrientos. Lo curioso del caso es que en la discusión del tema no hubo un solo panista que defendiera a su correligionario de los señalamientos que hacía el regidor perredista Alejandro Arellano. Fue el propio Arellano quien puso el tema en la agenda mediática y a excepción del presidente estatal, Juan Carlos Gutiérrez Fragoso, nadie asumió una postura fuerte para defender a su exlíder nacional.
A pesar de su expulsión, Espino Barrientos sigue gozando de amplias simpatías en la militancia duranguense, ya que cuando fue presidente nacional benefició en mucho a los grupos políticos como "Los Gallos" y guardó las formas con el grupo de Dorador.
Hasta el día de hoy es común encontrarse en ese restaurante a Juan Carlos y al propio Víctor Hugo Castañeda, quienes, cada quien por su cuenta, organizan seguido sus reuniones de trabajo.
El silencio de los regidores panistas fue criticado hasta en la cuenta de Twitter del delegado de la Procuraduría Agraria, Noel Pérez Salais.
Al final la votación fue aplastante, ya que nada más el regidor Arellano votó en contra del cambio de patente, pero el silencio panista refleja que hubo un mandato de votar a favor pero no hacerlo de manera muy expresiva. Siguen respetando a Espino pero no quieren meterse en problemas por respaldar al enemigo número uno del presidente Calderón Hinojosa. Por el momento quien salió ganando con todo este circo fue el propio restaurante, que se llevó mucha promoción gratuita.