Son las 19:00 horas (tiempo de Tokio) del martes 15 de marzo. Hace unas horas el Primer Ministro de Japón se dirigió a la nación en un mensaje transmitido por televisión informando de la gravedad de la situación sobre la planta nuclear de Fukushima, donde ha habido explosiones en tres de sus cuatro reactores. A pesar del escape de radiación en esa instalación, el Gobierno, y parece que los científicos apoyan esta opinión, ha informado que los niveles de contaminación no representan peligro alguno para la salud humana.
No obstante, esta tarde en Tokio, ya se detectan niveles 20 veces superiores de radiación a los normales. Otra vez, para que esto impacte la salud humana, dichos niveles tendrían que incrementarse 300 veces.
Lo anterior no consuela a nadie desde luego, y todo esto está causando una gran preocupación en la población de Tokio, misma que ya sufre los impactos de los cortes en la energía eléctrica, la escasez de alimentos en los supermercados y la imposibilidad de obtener un asiento de avión, de tren o de autobús para salir de la ciudad.
El área metropolitana de Tokio tiene más de 20 millones de habitantes y la ciudad es una de las mejores equipadas del mundo por su transporte público y cobertura de trenes suburbanos, metro y taxis. Todo este equipamiento está funcionando a menos del 50 por ciento, y se anticipa que en los próximos días esta situación empeore por los cortes en la energía eléctrica.
Más de una tercera parte de la electricidad en Japón es generada por plantas nucleares, y las mismas han sido suspendidas de su operación desde el viernes por el terremoto. Se anticipa que las revisiones de estas plantas para garantizar su seguridad antes de su reactivación tardarán unas dos semanas más, excepto desde luego la de Fukushima que ha quedado inservible por las explosiones.
Como resultado, la planta industrial del país está casi paralizada y como ejemplo se destacan las plantas armadoras automotrices que han anunciado suspensión de su producción al haberse interrumpido el suministro de partes. Lo anterior, paradójicamente, podría acelerar los planes de estas automotrices para mudar aún mas producción fuera de Japón, y México es uno de los destinos en la mira de las armadoras.
*Raúl Urteaga, lagunero de origen, es ministro de Asuntos Comerciales de la Embajada de México en Japón.
