Esto que les voy a narrar parece sacado de un cuento de las Mil y Una Noches, que le contaba Sherezada al sultán Shariar para entretenerlo noche tras noche, evitando que siguiera matando como lo hizo a partir de su primera mujer a la que descubrió que le gustaba la manta fiada, por lo que le privó de la vida. A partir de entonces ordena a su visir (algo así como su secretario de estado) conseguirle a una hija de sus cortesanos como esposa, diferente cada vez, porque a la mañana siguiente de su noche de bodas mandaba ejecutarla. Es a quien se le ocurre relatarle un cuento cada noche finalizándolo hasta el día siguiente dejando en suspenso la trama hasta volver a empezar un nuevo relato. Durante el tiempo que duraron las historias procrearon tres hijos por lo que no habiendo caso el seguir la pena. Algunas de las historias más famosas de Sherezada se les conoce en la cultura occidental traducidas como Aladino y la Lámpara Maravillosa, Simbad el Marino, así como Alí Babá y los Cuarenta Ladrones. Se cuece aparte la historia de Harun al-Raschid, personaje real quien se escapaba durante las noches por las calles de Bagdad para escuchar de viva voz las quejas de sus súbditos, disfrazándose para no ser reconocido.
En efecto, érase que se es un alcalde priista que ha comprado un auto para su uso personal. Pero hete aquí que no se trataba de trasladarse por las calles polvorientas de su pueblo en cualquier vehículo sino que se dio a la tarea de investigar cuál era el vehículo cuyo motor lo trasladara suavemente en su feudo con la rapidez que se requiere en una población de 50,000 habitantes. Una máquina fina de preferencia europea. Silenciosa para no espantar a sus conciudadanos que aun usan acémilas como medio de transporte. De buena cilindrada para correr de un lado a otro aunque se gaste una suma que tendrá que pagarse del erario público. La que se verá afectada es la seguridad pública o sea los gastos para el mantenimiento de las patrullas (7 en total). Dicho vehículo requiere la mejor gasolina, pero no importa, atención mecánica especializada, no importa, refacciones más costosas, no importa, en realidad lo único que importa es que el pueblo sepa lo importante que es el edil cuya función resulta vital para impulsar la economía del lugar.
Cualquiera se queda pensando al ver ese derroche que las necesidades que afectan a la población están satisfechas. Que si los niños de la localidad chapotean en el lodo que se forma en las calles es porque, al fin niños, les gusta. El angelito desembolsó la respetable suma de 140 mil dólares que obviamente paga el cabildo de los dineros que están en las arcas públicas. Obtenidos por concepto de impuestos. El pueblo está enclavado en tierra donde El Pípila con una losa en su espalda roció e incendió el portón de la Alhóndiga de Granaditas, que fue tomada por los insurgentes con el cura Miguel Hidalgo y Costilla a la cabeza. En ese lugar en las cuatro esquinas fueron empaladas las cabezas de nuestros héroes. ¿Quién iba decir que la independencia de este país fuera a dar como uno de sus frutos que un alcalde pueblerino se paseara muy orondo en un lujoso coche? Lo mejor es que un sacerdote bendijo con agua bendita al Jaguar cuya compra fue autorizada por el cabildo en pleno.
Podría pensarse que quienes no están de acuerdo en que se haya comprado un carro tan oneroso son unos cuentachiles, pero la verdad es que la compra es superflua. Si la información que ha llegado a este columnista es cierta, bien harían las autoridades municipales en dotar a su comunidad de tomas de agua potable antes de pensar en hacer gastos suntuarios. El bienestar de los habitantes está por encima de cualquier presunción. En ese lugar nos reportan lo único que abunda es la pobreza. Las familias viven de la agricultura, pero me dicen principalmente de las remesas que envían sus parientes las personas que han emigrado al vecino país del norte. Se pregunta Rubén Villafuerte, líder del Partido Verde ¿usted cree que esto es justo? Quien me dice que un coche de esas características resulta un insulto para familias empobrecidas. Los sueldos de los que trabajan en los municipios están por los suelos. Todo en ese pueblito anda patas pa'rriba. La pobreza se palpa.