El señor Rafael Macedo de la Concha, general y abogado, cuando fue procurador general de la República en la administración del presidente Vicente Fox, gustaba de jugar partidos de soccer con sus colaboradores. Por la relevancia de su cargo, los medios de comunicación solían dar difusión a esos encuentros de futbol.
En alguna ocasión, al concluir una reunión de trabajo en la que él estuvo presente, le comenté que en el pasado los militares mexicanos tenían marcada preferencia por el beisbol. Como noté que el dato le sorprendió, preparé entonces una nota que en una siguiente ocasión le entregué.
Su texto se elaboró con información tomada del libro "Los años 20 ¡Qué beisbol!", escrito por don Jorge de la Serna y que acababa (en 2002) de ser publicado. En lo sustancial se transcribe a continuación el escrito entregado al Gral. Macedo de la Concha. Las páginas que se citan corresponden al mencionado libro, hoy lamentablemente agotado.
Hay un dato muy interesante -decía la nota-, que vale la pena rescatar y poner de relieve: el entusiasmo que entre los militares mexicanos despertaba el beisbol hace ocho (nueve) décadas. Hay en el trabajo de don Jorge de la Serna numerosas referencias al respecto. Entre otras, las siguientes:
"El domingo 24 de abril (de 1922) se formaba una liga militar de beisbol con equipos de Justicia, Colegio Militar, Estado Mayor, Infantería y Aviación, patrocinada por el cronista deportivo Don Gaspar" (pág. 46). Más adelante el autor informa que en agosto de ese año "el Estado Mayor se coronaba campeón de la Liga, adjudicándose la Copa General Serrano, otorgada por el hombre fuerte de la Secretaría de Guerra y Marina" (pág. 47).
En otro pasaje dice "que era un hobbie, un gustazo de los militares mexicanos, costear de su propio peculio equipos de beisbol. Uno de ellos, el general Andrew Almazán, jefe de las operaciones militares en el Estado de Puebla, formó (en octubre de 1923) una novena con su apellido" (pág. 61), como también hizo lo propio un año después el general Gómez Velasco (pág. 72), divisionario que en agosto de 1928 "y el beisbolista Genaro Casas, se asociaron para entrarle como dirigentes de una nueva liga que llamaron "Asociación Hispanoamericana, Federación Deportiva Delta de Beisbol" (pp.113 y 121)
De igual manera, en febrero de 1925 se formó el equipo "Zarzosa de Atlixco, costeado, naturalmente, por el bolsillo del general Andrés Zarzosa" (p. 75) y en enero del mismo año "un general, Donato Bravo Izquierdo, hacía entrega de su propio peculio, de medallas de oro a los ganadores (de la Liga Anáhuac), que en este caso eran los integrantes del plantel de Infantería" (pág. 87)
En fin, escribe don Jorge de la Serna, qué "tiempos aquellos señor don Simón. Los generales gustaban del beisbol. Gastaban su dinero en la creación de equipos" (pág. 72).
Para concluir, un dato adicional aparte: recuerdo que siendo niño, en la década de los 50 del siglo pasado, acompañaba los domingos a mi padre y a mis tíos, quienes iban a jugar beisbol en los numerosos campos (quizá alrededor de diez) que había en terrenos del Campo Militar, entonces por el rumbo de donde hoy es la colonia Nuevo Torreón.
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